Para muchos en política la palabra militar significa Ejército y lealtad. Otros tantos en la ciudad la relacionan con traición. En el prianismo esa palabra refiere buenos recuerdos. En Morena, sin embargo, la palabra militar tiene un tinte de futuro.

Gilberto Landeros Briseño se llama el general del Ejército Mexicano, que a inicios de este año fue nombrado secretario de Seguridad y Protección Ciudadana por Marina del Pilar. Pero a 14 días de la llegada del militar, la constante de 3.5 asesinados diarios en Tijuana se sigue manteniendo.

Landeros Briseño es un castrense de carrera, respetado en su entorno y con buena reputación entre los poderosos de Baja California. Y es el noveno militar que asume una Secretaría de Seguridad Estatal desde que el morenismo de Andrés Manuel ganó en 2018.

Michoacán, Sinaloa, Zacatecas, Guerrero, Baja California Sur, Colima, Morelos y San Luis Potosí, son los otros estados del país en donde mandan los verdes desde un puesto de orden civil.

La incidencia delictiva en varios de estos estados, no es de presumirse, y en Baja California mucho menos.

La semana pasada les contaba de la irreverencia del narco en el Estado, y de la manta sugerente que revela un posible pacto entre quienes deben fiscalizar la justicia y los grupos que encabezan la criminalidad.

Teniendo ya un militar en un puesto de seguridad, en 2022 al gobierno le han quemado tres patrullas, cada dos días dejan una manta con mensaje amenazante y junto a ella, casi siempre, restos humanos cercenados.

¿Hasta dónde un militar puede contener la violencia, en una entidad infiltrada por el narco?

Pienso en la posible respuesta y me acuerdo de una anécdota del militar favorito de muchos tijuanenses: Julián Leyzaola Pérez.

El Younite

En 2008 y 2009 hubo un bar en la Plaza del Zapato en donde corría la droga: se llamaba Younite, las caguamas estaban a 2 x 50 pesos los jueves, y siempre que llegaba sonaba la canción Military Fashion Show.

Era el lugar favorito de políticos de medio pelo, por la facilidad que había para conseguir droga. Bastaba con dos o tres miradas furtivas para asegurar un pase a plena vista.

Su larga pista de baile con un Dj coloreado de arcoíris, daba la impresión de diversión; mientras en la oscuridad, donde no llegaban las luces, la trácala drogadicta se llevaba a cabo.

En ese tiempo, el reportero que esto escribe trabajaba en el área de comunicación de Julián Leyzaola Pérez, cuando éste fue Director de Policía. Bajo la paranoia del militar, todos los involucrados en su dependencia nos obligamos a ser cuidadosos.

No costaba nada ser joven y seguir la vista con el rabillo del ojo en el antro, para comprender lo que pasaba alrededor.

Al fondo del Younite había unos cuartos tapados con un velo fino color rosita, que al abrirlos, se apropiaba la luz de la retina.

En casi todos los espacios rositas y semitransparentes, se veía a alguien ocupado o esperando; muchos de ellos con los ojos privados de éxtasis.

Policías entraban al lugar, caminaban hasta el fondo y luego salían por la orilla para no ser detectados.

En el Younite de aquellos años siempre había guardias, escoltas y policías, hombres con lentes negros que no andaban drogados, sino trabajando y protegiendo el lugar.

Pasaban junto a quienes fumaban mariguana, consumían cocaína o compraban una tacha a los meseros, casi cuidando en lugar de reprender.

No sé si Leyzaola sabía de lo que hoy les escribo, pero me llama la atención la cantidad de policías que se daban cita en un lugar donde corría tanta droga entre las manos de los clientes; un antro que, a pesar de todo, funcionaba cada día de la semana en su horario habitual.

En la guerra contra el narco, la Policía Municipal de Julián Leyzaola fue omisa en su persecución.

Y aún me queda la duda: ¿Hasta dónde un militar puede contener la violencia, en una entidad infiltrada por el narco?

¿La militarización de Baja California?

El plan del gobierno es que para finales de 2023, se hayan inaugurado 12 cuarteles de la Guardia Nacional en Baja California. Serán 266 en todo el territorio mexicano.

En esta frontera, ya hay más de 2 mil elementos federales y del Ejército destacados en los cuarteles inaugurados hasta hoy.

¿Será que nos están militarizando pero no nos han avisado?

La Fiscalía General del Estado administra los dos planteles de escuelas preparatorias militarizadas que funcionan en Tecate y Tijuana desde el año pasado.

Y ahora en 2022 llega un militar a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de Baja California, el general Gilberto Landeros Briseño.

Desde este punto de la historia que hoy les cuento, cualquiera pensaría que las autoridades de seguridad no han sido incapaces, sino omisas, porque la palabra militar para Marina del Pilar, la gobernadora del Estado, significa el futuro previsto.

Ahora bien, si imaginamos a Baja California como un enorme antro, sigue estando la pregunta:

¿Hasta dónde un militar puede contener la violencia, en una entidad infiltrada por el narco?

Mi respuesta es que parecen Los Simuladores: Military Fashion Show.

De Los Señores del NarcoLa Federación inició la guerra.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí