Japón ha confirmado la existencia de una nueva variante del COVID-19, mientras que un nuevo brote de infecciones ha sido detectado en un centro de inmigración de Tokio, lo que plantea nuevos retos mientras el país trata de superar la tercera ola de la pandemia.

La nueva variante se ha encontrado en 91 casos en la zona de Kanto, en el este de Japón, y en 2 casos en aeropuertos, según declaró el viernes a los medios el secretario jefe del Gabinete, Katsunobu Kato. El Gobierno está aumentando la vigilancia contra las nuevas cepas, ya que pueden ser más resistentes a las vacunas que Japón comenzó a distribuir esta semana.

“Puede ser más contagiosa que las cepas convencionales, y si sigue propagándose en el país, podría provocar un rápido aumento de los casos”, dijo Kato.

La nueva cepa parece haberse originado en el extranjero, pero es diferente de otros tipos que se han encontrado esporádicamente en Japón, según el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas. Presenta la mutación E484K en la proteína de la espiga del virus que se ha encontrado en otras variantes, lo que puede socavar la eficacia de las vacunas.

Japón ha notificado 151 casos de variantes procedentes de Reino Unido, Sudáfrica y Brasil, según el ministerio de Sanidad. La nación ha tenido más de 400.000 casos de COVID-19 con 7.194 víctimas mortales.

Mientras tanto, 5 empleados y 39 extranjeros detenidos en un centro de inmigración de Tokio han dado positivo en la prueba de COVID-19.

Con información de Reuters.

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