Chilenos vacunados asistieron el jueves al primero de una serie de conciertos que se estudiarán en una prueba clínica para eliminar factores de riesgo y que el COVID-19 no se propague entre los asistentes.

La prueba es resultado de una alianza entre la Sociedad Chilena de Autores e Intérpretes Musicales y la Universidad de Chile para evaluar el peligro de contagio en los eventos, y tratar de que la industria de la música en vivo se recupere tras el golpe casi fatal asestado por la pandemia y las prolongadas cuarentenas.

Un total de 200 asientos disponibles tendrá cada uno de los tres conciertos que dará la banda local de rock Chancho En Piedra durante los próximos tres meses en un lugar cuidadosamente ventilado en Santiago.

Los asistentes deben mostrar su carnet de vacunación, usar mascarilla y someterse a pruebas de PCR antes del evento y nuevamente después de ocho días. Los resultados preliminares se publicarán en septiembre.

Ensayos similares se han realizado con audiencias de varios miles de personas que asisten a conciertos en Barcelona y Liverpool y revelaron una menor tasa de propagación del COVID que en la comunidad, aunque en el caso del ensayo de Liverpool, menos de la mitad de los asistentes volvieron a la prueba posterior.

El ensayo chileno es único porque especifica que los asistentes deben estar vacunados, aprovechando que Chile tiene una de las más altas tasas de vacunación del mundo, con el 70% de su población ya completamente inoculada.

Alejando Afani, el médico que lidera la prueba en el Hospital Clínico de la Universidad de Chile, dijo que una baja en los contagios en Chile y la alta tasa de vacunación hacen que sea un momento propicio para intentar reiniciar eventos masivos.

Eduardo Ibeas, vocalista de la banda, dijo que esperaba que los participantes se tomaran en serio otras medidas de protección. “Esperamos de todo corazón que la gente se cuide, para que sea un resultado positivo y vuelvan lo antes posible los shows en vivo”, dijo.

Entre quienes hicieron fila para tomar el test previo al concierto del jueves estaba Catalina Osorio, sicóloga de 29 años, que dijo que estaba deseando liberarse por primera vez en mucho tiempo.

“Creo que para la salud mental de la población es algo muy importante acercar la cultura, el arte y la música sobre todo, a poder volver a encontrarnos con los artistas en vivo, saltar, gritar, cantar, en esa experiencia que te recorre todo el cuerpo”, afirmó.

Con información de Reuters.

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