Human Rights Watch dijo el martes que el gobierno de Cuba arrestó, golpeó y abusó arbitrariamente de manifestantes tras una serie de protestas sin precedentes a mediados de este año, en un intento por infundir miedo en la población y reprimir a la disidencia.

Miles de cubanos marcharon el 11 de julio en las que se consideran las mayores protestas que sacudieron al país desde la revolución izquierdista de Fidel Castro de 1959. Las fuerzas de seguridad clausuraron las manifestaciones en medio de una oleada de arrestos y una muerte. Desde entonces, las calles de la nación caribeña han estado en gran parte tranquilas.

La gente reacciona durante manifestaciones contra y en apoyo del gobierno, en medio del brote de la enfermedad del coronavirus (COVID-19). REUTERS/Colaborador

Human Rights Watch (HRW) dijo que había documentado al menos 130 casos en los que las fuerzas de seguridad habían violado el debido proceso, golpeado, abusado sexualmente y obligado a confinamiento solitario a ciudadanos que participaron en los disturbios, que describió como “protestas antigubernamentales abrumadoramente pacíficas”.

Cuba ha negado los informes de torturas o abusos sistemáticos. El gobierno cubano ha culpado de las protestas a la intromisión de Estados Unidos, que durante décadas ha buscado abiertamente forzar reformas en la vecina nación mediante sanciones y financiamiento para promover programas democráticos.

Human Rights Watch dijo que había reunido evidencia de abusos de derechos por parte de la policía y el ejército cubano a partir de entrevistas telefónicas con activistas, víctimas, sus familiares, periodistas y abogados, así como de expedientes de casos, informes de prensa, fotografías y videos.

“Cuando miles de cubanos salieron a las calles en julio, el gobierno cubano respondió con una estrategia brutal de represión destinada a infundir miedo y reprimir el disenso”, dijo el investigador de HRW, Juan Pappier.

Más de 1.000 personas fueron detenidas, según el grupo cubano de derechos humanos Cubalex, y al menos 500 siguen detenidas o bajo arresto domiciliario.

Los cubanos han sufrido una escasez devastadora de alimentos, combustible y medicamentos en los últimos años, así como apagones generalizados desde junio, problemas que se agudizaron por la pandemia de COVID-19 y el embargo de Estados Unidos.

“Salieron porque no tenían nada que perder, pues bien, el régimen les ha mostrado en carne propia que tienen mucho que perder”, dijo a periodistas en Miami el director de Human Right Watch, José Miguel Vivanco.

Las acusaciones se producen a pocas semanas de otra marcha disidente anunciada para el 15 de noviembre, la primera gran convocatoria de protesta desde el 11 de julio. Cuba dijo que la marcha programada para el mismo día en que la nación planea reabrirse al turismo internacional, “tiene un carácter ilícito”, según una carta difundida por el gobierno cubano.

Con información de Reuters.

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