Cuando el exmilitar estadounidense Ramón Castro comenzó a reunirse con veteranos deportados que vivían a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México, no lejos de su hogar en el sur de California, supo que, si no fuera por un pequeño papel que acredita su ciudadanía, podría haber sido uno de ellos.

Ahora se encuentra en medio de una caminata de 3,219 kilómetros a lo largo de la frontera para alertar sobre la difícil situación de los veteranos estadounidenses enviados de regreso a sus países de nacimiento, algunos como resultado de infracciones como el uso de drogas que, según Castro, está asociado a problemas de salud mental.

Entre 2013 y 2018, alrededor de 250 veteranos fueron deportados o sometidos a procedimientos de deportación, según un informe de la Oficina de Contabilidad del Gobierno. Los defensores de esos militares dicen que el número total de veteranos deportados puede ser mucho mayor.

Aunque Castro nació en Estados Unidos, su familia se ha extendido por ambos lados de las tierras fronterizas del desierto durante generaciones y vivió brevemente en México cuando era niño, dijo a Reuters en una entrevista el jueves a unos kilómetros de El Paso, Texas.

Castro sirvió dos alistamientos en la Infantería de Marina, incluido un despliegue en Kuwait durante la guerra de Irak, y en su relato contó que después de recibir su alta persistían los recuerdos de misiles lanzados hacia él.

Ramon Castro, un veterano de los Marines, sostiene una bandera estadounidense en Sunland Park, Nuevo Mexico, EEUU, 21 de julio de 2021. REUTERS/José Luis González

El veterano reconoció que recurrió al alcohol como mecanismo de supervivencia y pronto se vio envuelto en peleas de bar. “Si no fuera porque soy ciudadano estadounidense, podría ser simplemente uno de esos veteranos deportados”, dijo.

Castro comenzó su marcha en Friendship Park en San Ysidro, California, y planea seguir caminando hasta llegar al extremo más oriental de la frontera entre Estados Unidos y México, cerca de Brownsville, Texas.

Unos días después de que Castro comenzara el viaje, la administración de Joe Biden anunció una nueva iniciativa destinada a permitir que algunos veteranos deportados regresaran a Estados Unidos.

“Estamos comprometidos a traer de regreso a los miembros del servicio militar, los veteranos y sus familiares inmediatos que fueron destituidos injustamente y asegurarnos de que reciban los beneficios a los que pueden tener derecho”, dijo el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, en un comunicado.

Mientras tanto, Castro mantiene su marcha a lo largo de la frontera. “Nuestros veteranos están esperando y nos necesitan”, dijo. “Estos son los tipos que arriesgaron sus traseros y los abandonamos”.

Con información de Reuters.

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