La variante Ómicron del coronavirus pudo originarse en ratones, según un estudio del Instituto Nacional para el Control y la Prevención de Enfermedades Transmisibles de China, dirigido por Jianguo Xu y publicado en el Journal of Biosafety and Biosecurity.

“Aunque la cepa de tipo salvaje inicial del coronavirus no infecta a los ratones, se han identificado cepas del coronavirus adaptadas a ratones (y que) tienen mutaciones que mejoran las afinidades interactivas en el ratón para facilitar la replicación viral eficiente en este huésped”, indicó el estudio titulado “Origen y análisis evolutivo de la variante Ómicron”.

La variante B.1.1.529 conocida como Ómicron fue designada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la quinta variante de preocupación el 26 de noviembre de 2021 porque tiene más de 50 mutaciones y fue identificada en países de Asia, África, Europa y América del Norte.

“Se descubrió que la variante de Ómicron tiene un perfil de mutación único en comparación con otras variantes del coronavirus que contienen mutaciones que son raras en las muestras clínicas.

“Además, la presencia de cinco sitios de mutación adaptados al ratón sugiere que Ómicron puede haber evolucionado en un huésped de ratón. Las mutaciones en la región del dominio de unión al receptor (RBD) de Óåmicron, en particular, tienen implicaciones potenciales para la pandemia en curso”, apuntó.

Reiteró la posibilidad de que la cepa original del coronavirus se originó en un huésped murciélago, aunque en un inicio se pensó que los pangolines eran la fuente del contagio a humanos, “pero es posible que hayan sido infectados por otras especies animales”.

Desde el inicio de la pandemia, varios países han informado sobre infecciones de coronavirus en animales; se ha observado la transmisión de humanos a animales en mascotas, animales de granja, en zoológicos y en animales salvajes en libertad.

“Por ejemplo, se han informado infecciones en condiciones naturales en perros domésticos y gatos, en visones de granja y hurones, en tigres y leones, leopardos de las nieves, pumas y gorilas en los zoológicos” que, se supone, fueron contagiados por el contacto cercano con pacientes humanos enfermos de covid-19.

En la actualidad, añadió, no existe evidencia convincente que muestre que cualquier animal doméstico pueda transmitir fácilmente el SARS-CoV-2 a otros animales, incluidos humanos, pero la infección en especies de animales domésticos y salvajes tiene posibles implicaciones para la salud pública.

Destacó que su investigación pudo determinar que Ómicron se desarrolló a partir de una cepa que comenzó a circular a mediados de 2020, pero no pudo rastrear una versión intermedia, a medida que la variante evolucionó a su forma actual.

Una de las teorías es que Ómicron infectó a un animal y que las mutaciones surgieron a medida que se propagaba entre esa población animal, antes de volver a transferirse a los humanos. La investigación descubrió que el huésped intermedio más probable era un ratón, señaló.

“Este perfil de mutación muestra que el virus se ha adaptado para infectar las células de los ratones. Además, el árbol filogenético escalado en el tiempo muestra que los linajes Ómicron y Gamma, probablemente estaban circulando a mediados de 2020, lo que respalda la hipótesis de que ómicron pudo haber evolucionado en una especie animal no humana.

“Creemos que el coronavirus acumuló lentamente mutaciones con el tiempo en ratones, antes de que se transmitiera a los humanos por zoonosis inversa”, agregó.

Añadió que un estudio de muestras de alcantarillado de Nueva York. Estados Unidos, publicado en julio de 2021, encontró muchas variantes con mutaciones que eran raras en las muestras clínicas. Los autores discutieron la posibilidad de que el coronavirus se propagara entre huéspedes animales no humanos.

Con información de Proceso.

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