En mes de orgullo LGBTI, activistas dicen que hay poco que conmemorar en Venezuela
En el mes del orgullo LGBTI, activistas dijeron que Venezuela está retrasada en Sudamérica con respecto a una legislación igualitaria y hay poco o nada que conmemorar.

En la nación miembro de la OPEP, no existe ni el matrimonio igualitario, la adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo, o el reconocimiento de identidad con nuevos documentos, entre otras normas. Algunas de esas leyes ya rigen en algunos países de la región como Colombia, Brasil, Argentina y Uruguay.

“Estamos en cero. En materia de leyes y políticas solamente existe un grupo de leyes que planten el derecho a la no discriminación por orientación sexual”, dijo Giovanni Piermattei, de 54 años, presidente del grupo no gubernamental Venezuela Igualitaria, que desde el 2012 trabaja en lograr la igualdad legal de la población LGBTI.

Esas leyes son la del Trabajo, del sector bancario, la de arrendamientos de vivienda y la de las Comunas, “pero que al final eso no tiene ningún efecto porque ¿cómo haces tú para apelar que te despidieron por tu orientación sexual? (…) es como letra muerta”, agregó Piermattei.

Añadió que en Venezuela Igualitaria calculan que la población LGBTI es de entre 10% a 15% de los 30 millones de venezolanos y que la crisis humanitaria y las restricciones impuestas por la pandemia de COVID-19 la afecta mucho más precisamente por las limitaciones laborales y la discriminación.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo en octubre pasado que dejaría en manos del parlamento, bajo dominio oficialista, que discutiera el matrimonio entre personas del mismo sexo. Hasta ahora, la agenda legislativa que ha divulgado la AN, que asumió en enero, carece de un proyecto sobre esas uniones.

La abogada y activista Tamara Adrián, de 67 años y que en 2015 se convirtió en la primera diputada trans de Venezuela, lucha ante los tribunales desde mayo del 2004 por nuevos documentos de identidad como cédula y pasaporte, en que aún figura como Tomás. Aún no hay un fallo, dijo.

Adrián agregó que entre las razones para ese rezago del país frente a sus vecinos figura el alto componente militar y más recientemente de iglesias evangélicas que participan en diferentes instancias del estado y que son considerados sectores conservadores frente a la población LGBTI.

En Venezuela no hay datos oficiales sobre asesinatos en la población LGBTI, que asecendería a por lo menos 126 del 2008 a septiembre del 2020, los datos mas recientes del no gubernamental proyecto TRANS Murder Monitoring (TMM), que monitorea y recopila informes de homicidios de las personas trans y de género en todo el mundo desde el 2009.

El Ministerio de Información y la Fiscalía General no respondieron de inmediato pedidos de comentarios.

“Vivimos una discriminación institucional porque evidentemente no hay leyes que nos amparen”, dijo Aisak Ovalles, de 28 años y profesor de pasarela, oratoria y expresión corporal, destacando, sin embargo, que la situación de la población LGBTI venezolana no es la de países donde son condenados a muerte como en algunas naciones africanas y asiáticas.

Pero Iván Machín, un bailarín de 29 años, aseguró los problemas persisten y dice que en ocasiones ha sido abordado por agentes policiales cuando lo ven bailar en plazas. “He tenido abusos de la ley (policías) preguntándose que si soy gay (…) si consumes drogas”.

“Todavía nos queda un camino muy largo que recorrer (…) somos un país conservador”, dijo.

El mes del orgullo gay recuerda los disturbios del 28 de junio de 1969 en el bar Stonewall Inn, en Nueva York, cuando la policía allanó el local aparentemente para cerrar una propiedad de la mafia que vendía licor sin licencia. Pero la redada siguió a una serie de otros bares gay, generando varias noches de protestas, marcando el inicio de la lucha por los derechos de los homosexuales en todo el mundo.

Con información de Reuters.

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