El teniente coronel Julián Leyzaola Pérez no puede ser candidato a la alcaldía de Tijuana, porque tiene una orden de aprehensión por torturas cometidas contra varios policías municipales cuando él encabezaba la corporación. Esa es la verdad.

La Ley se lo impide; por más que sus allegados digan lo contrario y se recarguen en su perfil para negociar posiciones, y por más que su recién adquirido aliado político, Jorge Hank Rhon, lo medio defienda diciendo que sólo le andan buscando y que a veces la Ley se equivoca.

Como si sólo estuvieran señalándolo con el dedo, para evadir que realmente tiene una orden de aprehensión por delitos de lesa humanidad.

Lo sabe Hank Rhon, lo sabe Ferreiro, lo sabe Héctor Cruz y el propio Leyzaola Pérez; lo saben los allegados, asesores y amigos que esperan el milagro de hacer caminar la candidatura del militar en retiro: no puede serlo porque es prófugo de la justicia.

Más allá de los derechos políticos que quieren y pueden ejercer, y de los problemas legales que con ello se traigan, la verdad es que lo saben porque Jorge Hank y Julián Leyzaola han sido enemigos desde siempre.

Sobre Jorge Hank, Julián Leyzaola ha destilado improperios de antología, de todo tipo, uno de los más conocidos fue llamarlo delincuente frente a los medios de comunicación. Hank no se ha quedado callado: en 2016 el empresario dijo que el militar no era opción para la alcaldía porque tenía antecedentes penales, refiriendo las acusaciones de tortura.

FOTO: Lisbeth Chavez.

Y es que Julián Leyzaola inició su carrera en Baja California con el respaldo de los exgobernadores panistas Eugenio Elorduy Walther y José Guadalupe Osuna Millán, mandatarios que abiertamente mostraban su resquemor contra Jorge Hank Rhon.

Si hubo un enemigo político en Baja California entre 2003 y 2007, ése fue Hank. En su posición como director de la Policía Estatal Preventiva, Leyzaola conoció datos de inteligencia que ayudaron en aquellos años a operar desde el gobierno panista contra el dueño de Caliente.

Primero para que no fuera alcalde en 2004, que sí lo fue, y después para evitar que fuera elegido gobernador en 2007, que no lo fue. Tras el gobierno municipal del priista Jorge Hank, el panista Jorge Ramos se convirtió en alcalde y puso a Leyzaola Pérez en seguridad para que corriera tras todo lo que oliera rojo.

Bastante conocida es la leyenda del comando negro que arrancaba cajeros automáticos de las sucursales bancarias con la complacencia del gobierno de Hank Rhon en Tijuana, y cómo Leyzaola se encargó de perseguirlos y ahuyentarlos aunque nunca detuvieron a ninguno.

Bastantes declaraciones hizo Leyzaola siendo encargado de la seguridad en Tijuana contra el gobierno anterior encabezado por Hank. Hasta la palmera que estaba afuera de la entonces Comandancia de La 8, se transformó en un punto de referencia para policías que seguían apoyando al PRI en el recién estrenado gobierno panista de Ramos.

Leyzaola fue duro porque navegaba bajo el crepúsculo de los azules. Su dirección aportó las pruebas para que el gobierno panista abriera un expediente contra el director de la policía del gobierno de Hank, Víctor Manuel Zatarain Cedano, por ejemplo.

Y a pesar de todo, ahora que se incrustaron en el mismo barco, Leyzaola Pérez quiere ser candidato a la Presidencia Municipal de Tijuana por el partido que lo protege, el mismo Partido Encuentro Solidario que hoy nombró precandidato a gobernador a su ex enemigo, Jorge Hank Rhon.

La realidad es que desde el 4 de junio de 2020, Leyzaola no se ha dejado ver, y en agosto pasado un Juzgado Federal le negó la suspensión de su orden de aprehensión, declarándolo oficialmente un prófugo de la justicia.

Tal vez el equipo del PES busca destrabar el asunto de Leyzaola para salir victoriosos contra el sistema que lo acusa, y saben que si alguien tiene conocidos incondicionales en el sistema de justicia, se llama Jorge Hank.

IMAGEN: Captura de Facebook.

Aunque ha aparecido en videos y en fotos que su familia sube a redes sociales, el superpolicía Leyzaola de otros años hoy permanece sin asomar la nariz en público, presente sólo de manera virtual, y de forma tácita en cualquier mesa de negociación donde se acomode Héctor Cruz Aparicio, el diputado que le opera todo.

Tal vez la decisión desesperada de Jorge Hank por ser el soldado del partido que caiga, dejó entrever un oficio político poco preciso de él y sus asesores y, a como se la juegan en el PES, se lo quieran chamaquear.

El factor Leyzaola en una candidatura cuestionada, sin la marca del PRI y medio forzada por querer ser, se vislumbra muy contradictorio en un proceso electoral donde ya la propia sombra de Hank Rhon tiene peso específico.

Y entonces, si Leyzaola Pérez no llega porque la Ley se lo impide, ¿quién será? Tal vez en 2021, los bajacalifornianos podríamos ver a Jorge el malo y a Jorge el peor, darse la mano de forma amistosa.

DE LA BIBLIOTECA.- “Por matrimonio de conveniencia entiendo yo los que se celebran cuando los dos, el marido y la mujer, no hallan ya ningún aliciente en la vida.” León Tolstoi, Ana Karenina.

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