Una treintena de personas desplazadas de los estados de Michoacán y Guerrero se apostó en la garita de Otay, en demanda de asilo político a Estados Unidos.

Desde mediodía de ayer, migrantes que se encontraban en diversos albergues decidieron trasladarse a la garita, ubicándose en los carriles “sentri”.

Entre los migrantes o personas desplazadas hay familias enteras incluyendo niños. En su mayoría se trata de originarios de los estados de Guerrero y Michoacán, quienes se vieron obligados a dejar sus lugares para evitar que sus hijos fueran cooptados por el crimen organizado o porque no han podido pagar el derecho de piso que estas mismas agrupaciones les exigen.

Muchos de los migrantes que empezaron a llegar el año pasado a esta ciudad, se ubicaron en “El Chaparral”, cuya permanencia en el lugar varía, pues algunos llevaban hasta seis meses y otros un mes.

El gobierno federal, estatal y municipal, desmanteló el campamento de “El Chaparral” y las familias fueron trasladadas a diferentes albergues. Algunos operados por la federación, otros por organizaciones cristianas o salesianas y unas más por el ayuntamiento de Tijuana.

Ayer, desde el arribó de estas 30 personas, aproximadamente, autoridades el Instituto Nacional de Migración (INM) se trasladaron al lugar intentado convencerlas de que regresen a los albergues.

En tanto, elementos de la policía municipal se colocaron en la zona.

Con información de Proceso.

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