WASHINGTON, 3 nov (Reuters) – Kamala Harris hizo historia al convierte en la vicepresidenta de Estados Unidos, y goza una posición privilegiada para presentarse al cargo principal dentro de cuatro años.

Harris es la primera mujer, la primera negra y la primera de origen asiático que ocupe el segundo puesto más importante del país.

Dada su edad, no se espera que Biden, de 77 años, se postule a un segundo mandato, por lo que Harris, de 56 años, sería una candidata natural para la nominación demócrata en 2024.

Harris, senadora por California, está acostumbrada a romper moldes. Fue la primera mujer fiscal de distrito de San Francisco y la primera mujer que no es blanca en ser elegida fiscal general de California.

Su experiencia en justicia penal podría ayudar al gobierno de Biden a abordar cuestiones de igualdad racial y sobre la policía después de las protestas que sacudieron al país este año.

Harris, cuya madre y padre emigraron de la India y Jamaica, respectivamente, tenía la intención de convertirse en la primera mujer presidente de Estados Unidos cuando compitió contra Biden y otros por la candidatura de su partido para los comicios de 2020.

Pero abandonó la carrera en diciembre pasado después de una campaña perjudicada por sus opiniones titubeantes sobre salud y por la indecisión de abrazar su pasado como fiscal.

Biden pasó por alto algunas de las duras palabras que Harris le dedicó en la campaña y la designó como su compañera en agosto. Ella ha demostrado ser una valiosa y pulida número dos, que apela especialmente a mujeres, progresistas y votantes negros.

Harris, que desarrolló una profunda red de recaudación de fondos durante sus candidaturas al Senado y la Casa Blanca, ha sido fundamental para que Biden consiga sumas récord de dinero en los últimos meses de la campaña. Su selección provocó un estallido de entusiasmo en la base demócrata y entre los donantes del partido.

“Harris siempre tuvo mucho sentido como compañera de fórmula de Biden porque tuvo la capacidad de ayudarle a unificar la coalición demócrata por encima de las líneas raciales y generacionales y pudo aumentar el entusiasmo de las bases”, dijo Joel Payne, un estratega demócrata que trabajó para la campaña presidencial de Hillary Clinton en 2016.

 

JUGADORA DE EQUIPO

Las acusaciones de los progresistas de que Harris no hizo lo suficiente para investigar los tiroteos de la policía y los casos de condenas injustas cuando era fiscal general de California ayudaron a hundir su propia candidatura presidencial, pero han salido a la luz poco durante el tiempo en que trabajó con Biden.

Ella ha aplacado las preocupaciones de algunos simpatizantes de Biden, que apuntan a que sería demasiado ambiciosa para ser una socia confiable.

Harris ha demostrado ser una jugadora de equipo, asumiendo un papel de perfil bajo y celebrando eventos políticos virtuales y en persona que a veces han tenido poca cobertura en las noticias.

“Joe y yo fuimos criados de una manera muy similar”, dijo Harris de Biden en su debate de octubre contra el vicepresidente Mike Pence. “Fuimos criados con valores que tienen que ver con el trabajo duro, con el valor y la dignidad del servicio público y con la importancia de luchar por la dignidad de todas las personas”.

Cuando se le preguntó en “60 Minutos” el mes pasado a Biden por qué, dada su edad, creía que Harris estaría lista para asumir la presidencia si algo le sucedía, el candidato presidencial enunció rápidamente cinco razones.

“Número uno, sus valores. Número dos, es inteligente como un demonio, y número tres, tiene un respaldo tremendo. Número cuatro, ella es realmente de principios. Y número cinco, ha tenido una experiencia significativa en el estado más grande de la Unión en la gestión del departamento de justicia, que es el segundo en tamaño, sólo detrás del Departamento de Justicia de Estados Unidos. Y obviamente, espero que esa pregunta nunca se plantee”, dijo.

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