Veintitrés disidentes de las FARC, incluido uno de sus comandantes, murieron el jueves en un bombardeo como parte de una ofensiva militar para recuperar la seguridad y el control territorial de una región del noreste de Colombia fronteriza con Venezuela estratégica para el narcotráfico, informó el Gobierno.

La muerte de Jorge Eliécer Jiménez, alias “Arturo”, el principal comandante de las disidencias de las FARC en el departamento de Arauca, y de los otros 22 combatientes, se produjo durante un bombardeo en el que participaron aviones y helicópteros militares en zona rural del municipio de Puerto Rondón, dijo el ministro de Defensa, Diego Molano.

“Se libera Colombia y Arauca de un criminal, de un cabecilla de las disidencias de las FARC para dar más seguridad, más tranquilidad y proteger de una mejor manera a los araucanos”, aseguró el funcionario en una conferencia de prensa desde la zona en donde se realizó la operación militar.

Un soldado vuela en un helicóptero durante un operativo especial como medida para aumentar la seguridad y combatir a los grupos criminales en la frontera entre Colombia y Venezuela, en Arauca, Colombia, 12 de febrero, 2022. REUTERS/Nathalia Angarita

“No descansaremos ni un minuto para estabilizar a Arauca, para darle tranquilidad y seguir avanzando en la recuperación de la seguridad”, precisó Molano al revelar que otros cinco combatientes resultaron heridos y fueron capturados.

El departamento de Arauca, en la frontera con Venezuela, es una región petrolera y ganadera que ha sido escenario de una reciente escalada de violencia en la que han muerto en lo que va de este año más de 60 personas, según la Defensoría del Pueblo.

En esa zona una de las disidencias de las FARC en alianza con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) se enfrenta por el control del narcotráfico a otra facción de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia que dirigía alias “Arturo” y que rechazó un acuerdo de paz de 2016, de acuerdo con fuentes de seguridad.

Las disidencias se convirtieron en una amenaza para la seguridad del país sudamericano, según el Gobierno que las acusan de asesinatos de líderes sociales y de masacres de civiles.

El acuerdo de paz, negociado durante cuatro años en Cuba, permitió reducir inicialmente la violencia del conflicto armado de más de medio siglo que ha dejado unos 260.000 muertos y millones de desplazados.

Soldados hacen guardia durante un operativo especial como medida para aumentar la seguridad y combatir a los grupos criminales en la frontera entre Colombia y Venezuela, en un puesto de control militar en Arauca, Colombia, 12 de febrero, 2022. REUTERS/Nathalia Angarita

Sin embargo, algunos comandantes y guerrilleros de estructuras dedicadas al narcotráfico y a la minería ilegal se declararon disidentes en zonas selváticas y montañosas del país de 50 millones de habitantes.

Fuentes de seguridad estiman en 2.400 los disidentes que en algunas zonas del país han recrudecido los combates contra las Fuerzas Armadas del Gobierno, la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las bandas criminales como parte de una estrategia para ocupar territorios estratégicos para el narcotráfico y la minería ilegal.

El Gobierno de Bogotá acusa al presidente venezolano, Nicolás Maduro, de proteger en territorio de la nación petrolera a disidentes de las FARC y a rebeldes del ELN que luego regresan a Colombia a lanzar ataques, aunque el mandatario socialista lo niega insistentemente.

El Ministro de Defensa de Colombia, Diego Molano, habla durante el inicio de un operativo especial como medida para aumentar la seguridad y combatir a los grupos criminales en la frontera entre Colombia y Venezuela, en una base militar en Arauca, Colombia, 12 de febrero, 2022. REUTERS/Nathalia Angarita

Con información de Reuters.

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