Sin posibilidades de poder obtener asilo en Estados Unidos debido al Título 42, temerosos por las amenazas de sus agresores y desesperados por el tiempo de espera que llevan en territorio mexicano, migrantes mexicanos y centroamericanos están recurriendo nuevamente a los llamados “coyotes”, aquellos que se dedican al tráfico de personas.

Pese al riesgo que ello significa y la cantidad de dinero que se paga solo por cruzar, activistas en Tijuana aseguran que en los últimos dos años han percibido un incremento en cruces de este tipo y que tragedias como lo sucedido en San Antonio, Texas, son un reflejo de la magnitud de esta problemática.

José Luis Pérez Canchola, miembro de la Academia Mexicana de Derechos Humanos, compartió en entrevista que históricamente los migrantes, principalmente mexicanos, han recurrido a los “coyotes” para cruzar de manera indocumentada hacia el país vecino, sin embargo, considera que lo agravante de la situación fue cuando estos comenzaron a ligarse al crimen organizado.

Esto generó que el tráfico de personas también se relacionara con el tráfico de drogas, pues los migrantes han sido moneda de cambio para transportar o traficar drogas hacia territorio estadounidense, además de que comenzaron a ser fuente para extorsionar familiares y tomar control territorial por donde suelen cruzar.

“Hay organizaciones criminales dedicadas al tráfico que están utilizando el uso de vehículos para su transportación y también están cobrando piso (cuota por pasar por algunas zonas) por el tránsito de migrantes, lo cual agrava la situación de personas que están en contexto de migración”, dijo.

FOTO: OMAR MARTÍNEZ /CUARTOSCURO.COM

Una situación que le tocó vivir en carne propia a la joven Gloria Zepeda, originaria de Honduras, cuando en diciembre pasado intentaron cruzar por Mexicali, junto con su mamá y sus hermanas, en donde fueron interceptadas por “coyotes” que iban en motos y portaban armas de fuego.

Gloria y su familia decidieron cruzar luego de varias cosas que pasaron en México en donde incluso padecieron un secuestro.

“Ellos nos decían que son zonas que les pertenecen, que nadie puede entrar así nada más, porque ellos cobran, a nosotros nos dijeron que solo por darnos la pasada nos cobraban 100 dólares y hay gente a quienes les cobraban 500 dólares”, comentó.

Fueron amenazadas de quitarles la vida si no pagan la cantidad que les pedían, pero lograron huir en un descuido de los “coyotes” y durante tres horas estuvieron escondidas en un monte hasta que fueron rescatadas.

De acuerdo con datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), actualmente la región vive un flujo migratorio récord hacia el país vecino, pues en el año fiscal 2021, que terminó el 30 de septiembre pasado, registraron más de 1.7 millones de indocumentados en la frontera con México.

Hasta 10 mil dólares llegan a cobrar los “coyotes”

José María García Lara, director y fundador de Movimiento Juventud 2000, dijo en entrevista que los traficantes de personas llegan a cobrar hasta 10 mil dólares (alrededor de 200 mil pesos mexicanos) y que con ejemplos como lo sucedido en Texas “se repite lamentablemente la misma historia”.

“Porque la gente entra en desesperación y busca a alguien que la pueda cruzar y en ello se encuentran con personas sin escrúpulos que en muchas ocasiones las llevan a desenlaces desafortunados en los que pierden la vida”, apuntó.

Lo mismo compartió una joven migrante -que omitió identificarse por seguridad- originaria de la comunidad de Aguililla, Michoacán, quien sabe que a pesar de lo difícil y complicado que es cruzar de esa manera, “a veces a las personas no les queda otra opción”, incluso considera que, si tuviera el recurso, pensaría en esa posibilidad.

“A veces no les queda de otra más que la de recurrir a los coyotes, porque tienen problemas, no tienen muchas oportunidades y por eso deciden irse así para allá, porque tampoco pueden regresar a sus lugares de origen”, dijo.

FOTO: NACHO RUIZ/CUARTOSCURO.COM

Corresponsabilidad de México y Estados Unidos

Para la activista Paulina Olvera Cáñez, directora de Espacio Migrante, que sucedan estas situaciones es consecuencia de políticas como el Título 42, pero también de las autoridades mexicanas, pues han militarizado la frontera sur y no permiten el libre tránsito por territorio mexicano.

“Los agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) detienen a personas que vienen viajando de manera regular en autobuses, las detienen y las regresan al sur; cierran todas las opciones para la migración regular y quienes salen ganando son los coyotes y el crimen organizado.

Por esta razón considera que “México también es responsable de tantas muertes”, lo cual comparte Pérez Canchola, quien agrega que, para evitar esta situación, a los migrantes se les deben otorgar visas humanitarias en automático en la frontera sur de México, con libertad de tránsito y derecho temporal al trabajo.

“Esto les quita el negocio a las organizaciones criminales, pero dejar a la gente migrante sin conocimiento y sin documentación, es entregarlos a estas bandas traficantes de personas”.

FOTO: OMAR MARTÍNEZ /CUARTOSCURO.COM

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