Si bien las niñas en la mayor parte de Afganistán permanecen en casa mientras sus hermanos van a la escuela secundaria, las clases en algunas áreas del norte han estado abiertas para todos los estudiantes, lo que destaca las diferencias regionales que comenzaron a surgir dos meses después desde que los talibanes tomaron el poder.

Las escuelas secundarias permanecen cerradas para las niñas en gran parte del país, pero en Mazar-i-Sharif, cerca de la frontera con Uzbekistán, las autoridades locales han adoptado un enfoque diferente.

Zabihullah Noorani, jefe de la dirección de cultura e información en la provincia norteña de Balkh, dijo que las lecciones en muchas escuelas continúan para niños y niñas.

“En los lugares donde las escuelas están abiertas, están abiertas, no hay obstáculos ni barreras para ellas”, dijo. “Aquí, no hay obstáculo ni barrera para la educación de las niñas”, expresó.

“Mi punto de vista y el de todos los demás funcionarios y líderes del Emirato Islámico es que nuestras hermanas mujeres tienen derecho a estudiar como los hombres”, dijo, utilizando el término empleado por los talibanes para su Gobierno.

La educación de las niñas se ha convertido en uno de los temas más sensibles para los países occidentales que tratan con Afganistán desde que el Gobierno talibán ordenó que las escuelas superiores al sexto grado abrieran para los niños, pero les dijo a las estudiantes mujeres que se quedaran en casa hasta que las condiciones les permitieran volver a clases.

Los funcionarios niegan que haya habido una prohibición total, pero a medida que han pasado las semanas, no ha habido señales de que todas las niñas vuelvan a la escuela y no hay una explicación clara o indicación de cuándo podrían reiniciar su educación.

La diferencia entre Mazar-i-Sharif y otras áreas es un ejemplo de las grandes diferencias que existen entre las ciudades relativamente modernas y liberales y las zonas rurales conservadoras de Afganistán, donde la educación de las niñas ha sido escasa durante mucho tiempo.

Maryam, una joven de 15 años en el décimo grado en Mazar-i-Sharif, dijo que había ido a la escuela sin interrupción, a pesar de los estrictos requisitos de vestimenta impuestos por los talibanes. Quiere seguir estudiando y espera llegar a ser doctora algún día.

“Los talibanes nos dijeron varias veces que nos pusiéramos un hiyab, que nos pusiéramos una bufanda, que sólo nuestros ojos deberían ser visibles y que incluso deberíamos usar guantes”, dijo por teléfono.

“Estas restricciones han hecho que algunas niñas pierdan interés, pero aún así nos alegramos de que al menos vayamos a la escuela”, declaró.

Aunque los talibanes prohibieron a las niñas asistir a la escuela durante su Gobierno anterior hasta 2001, los defensores de la educación dicen que en los últimos años la capacidad de las mujeres para acceder a clases en áreas controladas por los islamisras variaba según los comandantes locales, influencia política y los deseos de las comunidades.

La agencia de las Naciones Unidas para la infancia, UNICEF, también llegó a un acuerdo con los talibanes el año pasado para crear clases comunitarias informales para niños y niñas en algunas áreas con una fuerte presencia islamista.

Residentes en Mazar dicen que las niñas han podido ir a la escuela y un exfuncionario del Ministerio del Interior del gobierno anterior dijo que había visitado varias escuelas secundarias para niñas y que las había visto funcionar normalmente.

“A todas las niñas de todas las edades se les permitió ir a sus clases”, sostuvo.

Con información de Reuters.

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