Hoy escribo con rabia, con dolor, con indignación. Hoy escribo desde las entrañas. En menos de una semana nos arrebataron de forma artera a dos amigos, a dos colegas, a dos personas de familia: Margarito Martínez y Lourdes Maldonado.
No nos dejaron descansar de uno cuando ya nos habían asesinado a otro, y de la forma más vil que se le puede quitar la vida a alguien, digo, si eso es que alguien lo toma como un cumplido: por la espalda y sin dejar tiempo a reacción.
La prensa en Tijuana hoy está dolida, pero no estamos derrotados, por eso este martes salimos a marchar. Por eso salimos y alzamos la voz y exigimos justicia porque no olvidamos a nuestros compañeros asesinados.
Porque estamos indignados, porque no podemos seguir permitiendo que sigan asesinando a colegas periodistas, porque da rabia pensar que hay familias ahora mismo sufriendo. Porque pudo haber sido alguno de nosotros.
Porque nos han maltratado y porque tampoco vamos a permitir que Lourdes Maldonado, Margarito Martínez y José Luis Gamboa sean números más de la estadística y que sus casos queden en la impunidad.
La tarde de este martes nos unimos los periodistas de Tijuana a la movilización nacional, porque aquí nos arrebataron a dos en menos de una semana y nos respaldaron cientos de personas que creen y reconocen la labor del periodista.
Esta fue sólo una muestra de lo que juntos podemos hacer y vamos por más. Que nos escuchen las autoridades: sí, estamos dolidos, pero no derrotados y les vamos a seguir dando batalla. Que el señor los tenga confesados, porque llegaremos hasta la última estancia.
