Johanna, de seis años, cerró los ojos mientras recibía su primera vacuna contra el coronavirus el miércoles en el hospital infantil Bethesda de la capital húngara, Budapest.
Se trata de una de las primeras niñas de 5 a 11 años vacunadas contra el COVID-19 en la Unión Europea, ya que media docena de países han lanzado campañas en medio del aumento de las infecciones y el temor a la rápida propagación de la nueva variante ómicron.
La campaña es una prueba de la voluntad de los padres de inocular a sus hijos mientras los Gobiernos tratan de evitar las hospitalizaciones masivas de las oleadas anteriores.
Los primeros viales y jeringuillas pediátricos especialmente adaptados para dosis más pequeñas de la vacuna de Pfizer/BioNTech llegaron a la región esta semana.
Alrededor de 27 millones de niños de 5 a 11 años pueden recibir la vacuna en la UE, y la mayoría de los países quieren actuar con rapidez.
En España, cientos de padres hicieron cola para vacunar a sus hijos en el hospital Infanta Sofía de San Sebastián de los Reyes, a las afueras de Madrid, que espera administrar más de 1.000 vacunas al día.
Nuria Miró, arquitecta de 41 años, esperaba que la inoculación de sus dos hijos menores, Pau, de 11 años, y Martí, de 5, diera tranquilidad a su familia durante las Navidades, cuando se reúnan con familiares mayores.
Aunque la mayoría de los niños no enferman gravemente por el coronavirus, pueden infectar involuntariamente a otras personas con mayor riesgo. Y los niños representan ahora la mayoría de los casos en España, Alemania, Dinamarca y los Países Bajos.
Los primeros estudios indican que las vacunas existentes de dos dosis pueden ser menos eficaces contra la nueva variante, pero seguirán previniendo la enfermedad grave y podrían proteger los sistemas sanitarios de una sobrecarga. Dado que los casos de ómicron se duplican cada dos días en algunos países, la carrera por la inmunización está en marcha.
En Hungría, 38.000 padres han inscrito a sus hijos para que reciban la vacuna, mientras que en Polonia más de 100.000 niños se han apuntado a una campaña de vacunación que comenzó el jueves.
En Roma, se recurrió a payasos y malabaristas para animar y distraer a los niños que se vacunaban en una campaña que se extendió el jueves al resto de Italia.
Dinamarca empezó a vacunar a sus niños contra el COVID-19 antes de la recomendación de la UE, y ha llegado a casi uno de cada cuatro elegibles después de poco más de dos semanas.
Pero algunos padres dicen que no se sabe lo suficiente sobre el impacto de la vacuna en los niños. En Estados Unidos, preocupaciones similares han hecho que sólo el 18% de los niños se hayan vacunado desde que cumplieron los requisitos el mes pasado
Francia, Finlandia y Alemania, donde el escepticismo es relativamente común, estaban vacunando sólo a los niños más vulnerables en lugar de buscar una cobertura general.
España, donde la vacunación ha sido adoptada, ya está planeando administrar segundas dosis a los niños después de ocho semanas, tanto en las escuelas como en los hospitales.
Con información de Reuters.