Por Eldo.
Repechaje: el premio a la mediocridad
Esta semana se acaba la temporada regular de la Liga MX. Hago hincapié en que escribo estas líneas en jueves para plantear el ridículo panorama de clasificación que hasta la jornada 17, la última, aún prevalece de cara a la Liguilla.
Pumas y Santos juegan el último partido pendiente de fechas anteriores, y al concluir ese cotejo Atlas y Querétaro inician la fecha 17. Así, el equipo de la UNAM, estando en el lugar 15, todavía tiene posibilidades de meterse a la repesca si gana esta noche. Es decir, 15 equipos de 18 están en posibilidades de ir a la llamada ‘Fiesta grande’, aún a pesar de haber entregado una temporada para el olvido.
Y no me malinterpreten, mi crítica no es sólo para Pumas. También va para equipos como Chivas, Rayados, San Luis, o Mazatlán, que sin haber presentado algún estilo vistoso o un mínimo de regularidad en sus actuaciones, tienen muchas posibilidades de meterse al repechaje, y ganando ahí lograrían su boleto a una inmerecida Liguilla.
El Apertura ’21 es la mejor muestra –después de tres ediciones con este formato–, que reinstituir el repechaje fue una pésima idea en términos futbolísticos, pues además de premiar la mediocridad de muchos equipos, llevó a una clara disminución en el nivel de competencia. Esto si se considera que al menos 12 equipos pueden pelear por el título.
Indistintamente esto lleva a equipos de media tabla para abajo (o a Rayados) a jugar ratoneramente cuidando un resultado de 1-0 o incluso algunos empates. Nada más aburrido para el espectador, ya sea en el estadio y mucho más en el hogar.
Cuando el futbol mexicano regresó después de haber sido suspendido en la primavera del 2020, la emoción estaba tanto en los jugadores como en la afición aun cuando esta no podía estar en los estadios. Las ganas de volver a jugar podían verse claramente en todos los equipos, y por supuesto muchos aficionados seguíamos con mucha atención a nuestros equipos por televisión. Pero eso solo duró un torneo, y la intensidad mostrada por los protagonistas ha ido en detrimento hasta hoy.
Por supuesto no es culpa del jugador, o de los entrenadores que sus directivos hayan preferido sacrificar el poco espectáculo que ya ofrecía la Liga MX a cambio de recuperar el dinero que perdieron entre marzo y julio de 2020. Pero sí es su culpa no dejar todo en el campo para que por lo menos ahora que las gradas de sus canchas están ocupadas, quienes hacen el esfuerzo por disfrutar de este deporte en vivo sean correspondidos con lo mínimo: jugar bien.
Nos vemos en abril
Con el triunfo de los Bravos de Atlanta concluye su sequía de 26 años de no ganar la Serie Mundial, un triunfo que solo se pospuso dos días, tras la travesura de los Astros al ganar el domingo e impedido así que Atlanta se coronara en su casa.
Los Bravos le hicieron honor a su nombre en Houston y vapulearon a los locales para desatar el gozo de todos aquellos que aún guardan resentimiento por el famoso robo de señas en la Serie Mundial de 2017, y para entregar algunos buenos memes como la foto de Carlos Correa cuando pegó aquel cuadrangular frente a Boston señalando su muñeca y diciendo “it’s my time”, pero ahora con el caption “elimination time”.
Pero poniéndonos serios, más allá del gran juego a la ofensiva de los Braves, el pitcheo es lo que merece el reconocimiento. Especialmente con la excelente salida de Max Fried, quien solo permitió cuatro hits en seis entradas, y que al salir todavía abogó por sí mismo ante el manager Brian Snitker para continuar en el juego, algo que seguramente no sucedió por este manejo de los pitchers en el béisbol moderno.
Ahora habrá que ver si en estos tiempos de moda un equipo de gran tradición como los Bravos de Atlanta suma nuevos aficionados, y si los pequeños que practican el béisbol alrededor del mundo encuentran en Ozzie Albies, Dansby Swanson, Fredie Freeman, o Eddie Rosario, a un nuevo ídolo o role model.
A nosotros solo nos queda esperar alrededor de cuatro meses para el inicio de los juegos correspondientes al Spring Trainning ’22 de la MLB, el cual está pactado para el sábado 26 de febrero. Pero eso unicamente será si el próximo 1 de diciembre la Liga y el Sindicato de Peloteros llegan a un acuerdo inmediato en el nuevo Contrato Colectivo de Trabajo, el cual prevé la posible expansión de los equipos clasificados a playoffs, así como el bateador designado universal.
Además, la temporada baja también resultará interesante en cuanto al mercado de traspasos, considerando la gran cantidad de jugadores de renombre que ahora son agentes libres. Por decir un nombre: Max Scherzer, a quien los analistas ponen quedándose en los Dodgers.
Por lo pronto San Diego ya cuenta con nuevo manager: Bob Melvin, y para no variar hay una gran expectativa.
Golpe de fin de semana
Este fin de semana tendremos un amplio programa para todos aquellos amantes de los golpes y el combate libre.
Primero, la UFC regresa a una de sus funciones estelares con su edición 268, en la cual destacan las peleas entre Kamaru Usman y Colby Convington por el cinturón del peso Welter, así como Rose Namajunas y Zhang Weili por el título del peso Paja femenino.
Ambos combates serán revanchas: Usman venció a Convington en diciembre de 2019; mientras que Namajunas derrotó a Zhang en a penas 78 segundos en abril de este año.
Sin embargo la cartelera estelar no se presentará sino hasta las 19:00 horas del Pacífico, para dar pie primero a las funciones preliminares con inicio en punto de las 15:00 horas del Pacífico.
Más o menos como a la hora en que inician los combates estelares de la UFC, en TV Azteca e ESPN México se transmitirá la esperada pelea entre el boxeador mexicano Saúl ‘Canelo’ Álvarez y el estadounidense Caleb Plant.
Recordemos que este ‘pleito’ viene calientito desde el careo entre ambos pugilistas, cuando supuestamente Plant insultó a la madre del Canelo, para que Álvarez le propinara un buen par de golpes.
Así, el sábado los reflectores estarán muy lejos del repetitivo futbol mexicano gracias a una programación de combates que ocuparán gran parte del día, ideal para prender el asador.
