Por Eldo

No hay béisbol

El tema inicial de la columna de esta semana sería la serie de movimientos que el mercado invernal de la Mayor League Baseball (MLB) ha dejado en las últimas dos semanas —del cual hablaré más adelante—, pero como algunos analistas expertos habían previsto desde antes del final de la temporada ’21, la Liga y el Sindicato de Peloteros no llegaron a un acuerdo en lo absoluto con el nuevo Contrato Colectivo de Trabajo, y el anterior expiraba el miércoles 1 de diciembre a las 11:59 horas del Este, de manera que se volvía necesario establecer al menos las bases previo a la hora mencionada.

Según información de Jeff Passan de ESPN, la última reunión de negociaciones entre la MLB y el Sindicato, pactada para el mismo miércoles en un hotel de Irving, Texas, duró únicamente siete minutos, derivado de una firme postura de ambas partes para satisfacer sus condiciones y peticiones.

Rob Manfred, comisionado de la MLB.

El lado de los dueños de los equipos que conforman la Liga se sienten confiados en su unión, por lo que esperan que lineamientos como un fondo de pensión menor al solicitado, conservar el sistema de pre-arbitraje por tres temporadas —en el cual los jugadores son obligados a percibir un sueldo no mayor a seis cifras—, y mantener el control sobre los jugadores por seis años (fases de pre-arbitraje y arbitraje), serán finalmente aceptadas por el Sindicato.

En tanto, los jugadores solicitan una nómina base que obligue a los equipos a invertir una cantidad mínima establecida por año; reducir el control sobre los jugadores bajando el número de temporadas de la fase de pre-arbitraje de tres a dos campañas; y otorgar la cualidad de ‘agente libre’ a la edad de 29 años seis meses si ya cumplieron cinco años de servicio, o simplemente si ya tienen seis años de servicio en la Liga, cualquiera que suceda primero —lo cual parece ser uno de los pocos puntos de acuerdo—; entre las demandas que más han resonado en los últimos dos días.

Otra idea proveniente de la Liga es la expansión del número de equipos que avanzan a playoffs de 10 a 14, con lo cual el Sindicato no está del todo a favor y por ello contrapropuso con 12, algo que los analistas califican de poco viable pues habría que reestructurar las ligas Nacional y Americana en dos divisiones de siete y ocho equipos. Sin embargo, los expertos también consideran que si los jugadores quieren ver capitalizadas sus pretensiones deberán ceder en algo, y este es uno de los lineamientos en los cuales podrían llegar a un arreglo.

En cuanto a cambios o reformas del deporte en sí, lo único en lo que ambas partes concuerdan es en el bateador designado universal; pero la MLB tiene en mente otras propuestas como el reloj de picheo, el cual ya es usado en las ligas menores y ha convencido a los dueños de los equipos, pues uno de los objetivos desde hace dos temporadas es reducir el tiempo de duración de un partido, mismo que oscila entre las tres horas 11 minutos en temporada regular, y las cuatro horas en playoffs.

Recordemos que en 2020 la MLB realizó estudios sobre seguidores de su deporte, en los cuales encontraron que la mayoría de sus fans son personas de 50 años o más, por lo que se encuentran en una constante búsqueda de medidas que ayuden a captar más simpatizantes de las nuevas generaciones por medio de la reducción del tiempo de un juego.

Es por ello que en la temporada ‘20 se implementó la regla de ‘los tres bateadores’ para el lanzador, quien no podrá ser relevado antes de haber enfrentado al menos tres; y la reducción de 30 a 20 segundos para que los managers pudieran retar una jugada que consideraran dudosa. Así mismo, a partir de este año se estableció iniciar los extra innings con un corredor desde la segunda base.

Aunado a todo lo anterior, entre sus condiciones la Liga busca también el uso de las pre-tacked balls, con las que ya se experimentó en la Liga de Otoño de Arizona, para evitar la rutina de los pitchers de colocar sustancias ajenas a las que normalmente se usan para confeccionar las pelotas; acción que comenzó a ser inspeccionada en las Ligas Mayores a partir de junio pasado.

Así, por primera vez desde hace 27 años y por decisión casi unilateral de los dueños, la MLB llega nuevamente a lo que se denomina como un lockout, en el cual se suspenden absolutamente todas las actividades de la Liga y en la cual incluso los propios jugadores están excluidos de ingresar a sus clubhouses.

La última vez que las negociaciones entre Liga y Sindicato se rompieron fue en 1994, cuando los jugadores optaron por unanimidad ir a huelga el 12 de agosto, después de que los dueños decidieran denegar 7.8 millones de dólares previamente acordados para cubrir pensiones y prestaciones de los peloteros.

Aún hay tiempo para alcanzar un acuerdo y evitar el paro total en los juegos del Spring Training ’22 pactado para iniciar el sábado 26 de febrero, y de la propia temporada; febrero 1 es el límite, que de no llegar ahí, entonces sí habría que empezar a preocuparse.

De no consolidarse un acuerdo se estima que los jugadores pierdan cerca de 1.5 billones de dólares, mientras que los equipos dejarían de percibir un monto considerable dentro de los 11 billones que ganan cada temporada.

Por lo pronto, la primera respuesta de muchos jugadores como Johnny Cueto y Trevor Williams, fue cambiar su foto de perfil en Twitter por una en la cual se muestra sólo su silueta sombreada; esto, ante la obligación legal de eliminar toda imagen que los relacione con el equipo para el que juegan.

El mercado invernal (por ahora)

A penas ha pasado un mes de la coronación de los Bravos de Atlanta, pero el mercado invernal en la MLB empezó a moverse y de manera considerable.

Las predicciones de los expertos fallaron, y el lunes se concretó el que quizá sea el traspaso más grande de la temporada baja: la salida del pitcher Max Scherzer de los Dodgers para enfilarse con los Metropolitanos de Nueva York. Se habla de un contrato de tres años que alcanzaría la cifra de 130 millones de dólares, el cual también contempla que en 2023 el lanzador pueda salirse del acuerdo en caso de que a sus intereses convenga.

Max Scherzer.

Con esto se confirma la parte de las declaraciones del pitcher Marcus Stroman, en la que hace unos días aseguró que la organización neoyorquina iría por nuevos lanzadores estelares; pero aún falta ver si se concreta la parte en la que él mismo dice no volverá para los Mets en la temporada siguiente, pues la organización ha manifestado su interés por renovarlo.

El de Scherzer es el movimiento más significativo de toda la actividad que han tenido los Mets en la última semana, en la que iniciaron los acuerdos con Nick Plummer por una temporada (primer contrato de Grandes Ligas), procedente de los Cardenales de San Luis; con el infielder Eduardo Escobar por dos años; y con los ahora ex Atléticos Mark Canha y Starling Marte, por dos y cuatro años, respectivamente.

Todo esto de la mano de su nuevo gerente general, Billy Eppler, quien llegó a penas el 18 de noviembre pasado a la institución.

En otros frentes, los Rangers de Texas estuvieron activos logrando contrataciones importantes. Primero se hicieron de los servicios de los jardineros Billy McKinney y Zach Reks de los Dodgers, y el domingo pasado llegaron a un acuerdo con el segunda base Marcus Semien, quien había renovado sólo por un año para la temporada pasada con los Azulejos de Toronto, y que a partir de febrero próximo —si todo sale bien— vestirá la casaca de la Estrella Solitaria.

Corey Seager.

Pero quizá su movimiento más significativo hasta el momento sea la llegada del parador en corto estrella Corey Seager, también procedente de los Dodgers, y del cual también se había especulado muy seguramente permanecería en Los Ángeles. Pero con una oferta de 325 millones de dólares por 10 años, al estelar oriundo de Charlotte le fue difícil negarse ante la posibilidad de ser la cara de un equipo en reconstrucción.

Los Padres de San Diego es otro equipo que (afortunadamente) movió sus piezas antes del lockout, logrando acuerdo con los pitchers Luis García procedente de los Cardenales de San Luis por dos años y 7 mdd; Robert Suárez de los Hashin Tigers de Japón por un año; y Nick Martínez también procedente de Japón por cuatro años y 20 millones de dólares.

A esto se suman las recontrataciones por un año de los lanzadores Tim Hill, Austin Adams, y Dinelson Lamet; así como la partida del cerrador estrella Mark Melancon a los Arizona Diamondbacks.

Más traspasos significativos alrededor de la Liga son la llegada de Javier Báez a los Tigres de Detroit en un contrato por seis años y 140 mdd; la salida del relevista Kendall Graveman de los Astros para sumarse a los Medias Blancas por tres años con 24 millones de dólares; la contratación del receptor Robert Pérez por parte de los Piratas de Pittsburgh; y el arribo del all-star shortstop Adam Frazier a los Marineros de Seattle.

Mientras en el área de los rumores se visualiza una evidente salida de Carlos Correa como agente libre y en busca de un contrato tan fuerte como el conseguido por Corey Seager; así como una posible oferta de los Dodgers a Freddie Freeman para cubrir la salida del propio Seager, de acuerdo con información de Ken Rosenthal para The Athletic.

Freddie Freeman.

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