Ucrania dijo que no aceptaría ultimátums de Rusia después de que Moscú le exigió que dejara de defender la sitiada Mariúpol, donde cientos de miles de civiles sufren los bombardeos rusos que arrasan la ciudad.

Mariúpol se ha convertido en un punto focal del asalto de Rusia a Ucrania, pero también se informó que los ataques se intensificaron el lunes en la segunda ciudad del país, Járkov.

El conflicto ha provocado que casi una cuarta parte de los 44 millones de habitantes de Ucrania abandone sus hogares. Alemania pronosticó que el número de refugiados podría alcanzar los 10 millones en las próximas semanas.

Europa dijo que Rusia está usando a los refugiados como una herramienta y que estaba preparada para tomar más medidas además de las sanciones existentes para aislar a Moscú de las finanzas y el comercio mundial.

El ejército ruso había ordenado a los residentes de Mariúpol que se rindieran a las 05.00 a.m. hora local del lunes, diciendo que quienes lo hicieran podrían irse, mientras que los que se quedaran serían entregados a tribunales dirigidos por separatistas respaldados por Moscú.

El Gobierno del presidente Volodímir Zelenski respondió que nunca se doblegaría ante los ultimátums y dijo que ciudades como la capital Kiev, Mariúpol y Járkov siempre desafiarían la ocupación.

“No puede haber dudas de que no nos rendiremos”, afirmó en Mariúpol la viceprimera ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk.

La invasión de Rusia, ahora en su cuarta semana, se ha estancado en gran medida, sin poder capturar ninguna ciudad importante, pero ha causado una enorme destrucción en zonas residenciales.

Mariúpol, una ciudad portuaria en el mar de Azov de unos 400.000 habitantes, se ha quedado sin alimentos, medicinas, energía y agua. El ministro de Defensa de Ucrania, Oleksii Reznikov, dijo que sus “defensores heroicos” habían ayudado a frustrar a Rusia en otros lugares.

“En virtud de su dedicación y coraje sobrehumano, se salvaron decenas de miles de vidas en toda Ucrania. Hoy, Mariúpol está salvando a Kiev, Dnipro y Odesa”, dijo Reznikov.

Una parte de Mariúpol ahora en manos del Ejército ruso, a donde llegó Reuters el domingo, era un páramo espeluznante. Varios cuerpos yacían junto a la carretera, envueltos en mantas. Las ventanas volaron y las paredes quedaron carbonizadas. Las personas que salían de los sótanos se sentaban en bancos entre los escombros, envueltas en abrigos.

Un grupo de hombres cavaba tumbas al borde de la carretera.

En un sótano oscuro lleno de familias, Irina Chernenko, bibliotecaria universitaria, dijo que había estado allí durante 11 días. “Todo está destruido. ¿Adónde podemos ir?”, se preguntó.

JÁRKOV

Rusia denomina a la guerra, el mayor ataque a un estado europeo desde la Segunda Guerra Mundial, una “operación militar especial” para desarmar a Ucrania y protegerla de los “nazis”.

Occidente lo considera un pretexto falso del presidente Vladimir Putin para provocar una guerra.

Las ciudades orientales de Járkov, Sumy y Chernígov también se han visto muy afectadas por la táctica de Rusia de bombardear las zonas urbanas con artillería como lo han hecho antes sus soldados en Siria y Chechenia.

El alcalde de Járkov, Igor Terekhov, dijo que cientos de edificios, muchos residenciales, habían sido destruidos. “Es imposible decir que los peores días quedaron atrás, estamos siendo bombardeados constantemente”, afirmó.

El lunes por la noche, un testigo en la ciudad dijo que vio personas en los techos de los edificios de apartamentos arrojando granadas o artefactos similares a las calles. Un segundo testigo, fuera de la ciudad, informó haber escuchado explosiones más intensas que en cualquier otro día desde que los soldados rusos comenzaron a atacar el mes pasado.

Reuters no pudo verificar inmediatamente las informaciones.

En Kiev, seis cadáveres fueron colocados en la acera de un centro comercial atacado durante la noche por bombardeos rusos. Los bomberos apagaron pequeños incendios alrededor del edificio, buscando sobrevivientes. Ucrania dijo que al menos ocho personas habían muerto.

“Es difícil para mí hablar porque mi hija trabajó aquí. Estaba en el trabajo ayer”, dijo entre lágrimas Valentina Timofeyevna.

Rusia dijo que el centro comercial estaba utilizado siendo como almacén de armas. Ucrania afirmó que no había objetos militares estratégicos en el área. Ninguna de las informaciones pudo ser verificada de forma independiente.

Las autoridades impusieron un toque de queda de día y medio en Kiev desde el lunes por la noche, citando la probabilidad de más bombardeos.

Con información de Reuters.

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