Para que no sea misoginia, homofobia o racismo, las personas deben ser inconscientes de tu condición y no precisamente conscientes de ello para premiarte o asignarte una posición. Este es el espíritu de la lucha de las minorías: el no me tomes en cuenta por quién soy, sino simplemente tómame en cuenta. Todo lo demás, es llamar la atención.
Pero en el mundo donde vivimos, no es así. Hoy se integran actores gay, personajes afroamericanos y políticos nativos que sólo sirven al sistema que les brinda ayuda en la simulación, mientras disimulan de otra forma en la portada de cualquier periódico.
Te proyectan como ganador en conjunto, mientras aprovechan lo que representas; y la verdad es que elegir a 8 de 15 candidatas porque el sistema te lo pide, tiene tanto de misógino como no tomarlas en cuenta.
Ante este panorama, las candidatas de 2021 tienen poco para presumir sobre el feminismo de sus candidaturas. Una cuota de género no garantiza movilidad. Un aglutinamiento de condiciones preconcebidas, no significa fortaleza. Las mujeres políticas de esta primera generación, están más solas de lo que piensan.
Es como proponerle la Presidencia Municipal de Tijuana a una mujer representativa de cierta sociedad, sabiendo que no va a ganar, y no dejarle disponer siquiera de la primera regiduría porque se la vas a asignar al compadre para que cuide tus negocios.
No te interesan las mujeres y su causa, te interesa poner una mano en el próximo Cabildo. Decir lo contrario funciona en la foto, pero en realidad esto es misoginia política disfrazada de condescendencia.
El papel de Carlos Torres Torres en la negociación de Morena para que Marina del Pilar Ávila Olmeda fuera candidata, y en la alianza, para que Jorge Hank no lo fuera, es ejemplar. Ojalá hubiera aglutinado tantas voluntades cuando quiso ser Presidente Municipal de Tijuana.
Al ritmo de cafecito con piquete, Carlos Torres no perdió el tiempo en las navidades pasadas y comprometió medio Estado Libre y Soberano de Baja California en contratos para los panistas, con tal de que Morena gane.
La alianza legal del PRIANRD, hoy es en realidad medio PRI, medio PAN, y casi nadie del PRD, porque todos estaban esperando algo. Estaban ansiosos de recordarle el animal favorito, cuando allá adentro también son misóginos en la práctica diaria y por elección propia.
Cuando Arturo González, por ejemplo, retomó la presidencia municipal en noviembre pasado, no rompió puertas y ventanas a patadas. Pero bajó a Karla Ruiz Macfarland cargando su cajita de cosas por el elevador de Presidencia Municipal, sin asignarle escolta ni raite. Tal cual: la primera presidenta municipal de Tijuana, tan promocionada por su propio sistema como símbolo del feminismo, tuvo que llamar a un familiar para que pasara por ella porque no le pidieron ni el Uber.
Otro (mal) ejemplo es del Fiscal del Estado, Guillermo Ruiz Hernández, paradójicamente padre de Karla Ruiz Macfarland. El Fiscal de Baja California no justificó un homicidio, es verdad, pero habló de merecimientos y tatuajes en el cuerpo de una jovencita que fue encontrada sin vida en Mexicali, para explicar por qué había pasado algo tan lamentable.
El gobernador Jaime Bonilla tampoco se queda atrás: sugirió que la alcaldesa de Tecate, Zulema Adams, no trabajaba porque un mediodía ella presumió en sus redes que estaba en el salón de belleza, cosas de mujer, cuando él justificó fácil un fin de semana de pandemia en Estados Unidos jugando en un Casino, cosas de hombres.
Y es que la misoginia, el racismo y la homofobia no se curan con cuotas porque son aspectos mucho más profundos que sanan de generación en generación.
Ahí tienen, por ejemplo, al Presidente Joe Biden presumiendo que en su gabinete hay afroamericanos, nativos, mujeres y gays; esto no es inclusión, es revictimización política y propaganda de la idea.
La guerra realmente se va a ganar cuando no tengan que presumirte la condición de la persona, como justificación de por qué fue seleccionada para cierto cargo.
Cuando el sistema te obliga a aceptar cosas pierdes la libertad de elección, porque te ajustas a sus condiciones, y te ves obligado a asignar candidaturas que de otro modo tal vez nunca hubieras asignado.
Tan misógino es negar las capacidades de una mujer por ser mujer, como haberlas obviado y seleccionarla sólo por serlo. La selección de mujeres por cuota de género es un asunto de misoginia porque las estás tomando en cuenta por ser quienes son, y no simplemente las tomaste en cuenta.
En todos los partidos sucederá igual. Todos cubrirán la cuota de género en 2021 porque la agenda se los exige, y no porque exista una depuración honesta en sus procesos internos de selección.
En la actualidad la valentía de las mujeres y su vitalidad como movimiento, es a escala mundial. Pero en ciertos sistemas, setenteros de origen, aún sucede que detrás de la mujer que triunfa y sobresale, hay un hombre que la respalda y la protege.
¿Quisiéramos que fuera diferente? ¡Por supuesto! Quisiéramos que la realidad y la utopía se unieran, pero en Baja California aún hay lugares fríos para esas ideas. Sobre todo en la política.
Lo único seguro es que este proceso 2021 significa una oportunidad para nivelar las cosas, al menos un poco, y obtener gobiernos con ópticas femeninas que, de inicio, han demostrado ser mejores.
Los mismos grupúsculos morenistas que condenaban a Martha Érika Alonso acusando que Moreno Valle iba a manipularla, hoy defienden a capa y espada las candidaturas femeninas de su partido, fundamentadas en todos los casos con la mentira de la encuesta social.
La gente elige, dicen, pero de inicio todos los candidatos hombres o mujeres ya le deben un favorsote político a Mario Delgado por haberles seleccionado. Quisiéramos que no fuera así, pero la realidad supera a la ficción y la política mexicana así es.
¿Qué le ofreció Marina a Mario Delgado, o a qué se comprometió ella tal vez sin saberlo? ¿Qué le ofreció Carlos Torres a los panistas tirititeros? ¿Por qué comprometieron un Estado que todavía no ganan? El furor de sus tiempos no le ha permitido ver la misoginia en la que está envuelta.
En el PAN están exactamente igual. Se la van a jugar con Gina o Lupita porque saben que no van a ganar. Por eso tanto panista corrió con Carlos Torres, porque dentro de ese partido hay un desbarajuste total: unos se quedan a muerte mientras otros navegan en aguas ajenas, aunque de una cosa están todos seguros: Jorge Hank Rhon no debe ser.
Sin embargo, sopesan el descrédito que se les lanza desde el Gobierno y saben que la candidata de su alianza no va a ganar frente al monstruo de Morena en Baja California. Por eso prefieren contactar a Carlos Torres para ayudarle en el camino a la victoria de su esposa, porque si vas a entrar a un sistema desde ya, hay que hacer caso del o estás conmigo o estás contra mí.
Definitivamente no se puede contar con la condescendencia política de políticos hombres, mucho menos a cierta edad; ellos que con la foto presumen el espacio femenino, cuando en realidad destilan manipulación.
DE LA BIBLIOTECA.- “No ignoraba tampoco que su marido, si bien era muy competente en materia de política, de filosofía y de religión, no entendía nada de letras ni de bellas artes.” León Tolstoi, Ana Karenina.