En el libro de Como agua para chocolate la narradora se pone un pedazo de cebolla en la mollera para evitar el lagrimeo mientras la pica. En cocina mexicana, la cebolla tiene mote de el señor de cualquier caldo o la señora de la casa, en estricta referencia a la sazón que brinda.
Ya en Shrek todos nos enteramos que una cebolla tiene capas y es precisamente atravesando sus capas, como la mayoría de las veces se pica una cebolla. En el libro también se explica que lo malo de llorar cuando uno pica la cebolla, es que uno se va de largo y no deja de chillar.
Entre lagrimeo y lagrimeo no dejaba de chillar. Entonces me acordé de la última de las 47 veces que el gobernador Jaime Bonilla ha calumniado periodistas para justificar sus faltas y las de sus colaboradores, utilizando las mañaneras de su Facebook que oficialmente se crearon para informar. ¡Qué ganas de llorar!
Y es que esta semana ha sido un rollote… que afortunadamente es fácil de explicar:
Viernes 8: Una nota periodística expone que un predio a nombre de Jaime Bonilla Valdez debe 89 mil pesos de Impuesto Predial.
(Nada fuera de su bolsillo, a decir verdad; nada extraño en un empresario tampoco).
Sábado 9: El reportero responsable solicitó una respuesta preguntando al gobernador durante la transmisión de Facebook, porque el viernes anterior esperó la versión de su equipo y nomás le dieron largas. Y el sábado, tampoco le contestaron.
Domingo 10: El gobernador descansó, o al menos no estuvo en su mañanera.
Lunes 11: Jaime Bonilla destinó los últimos 8 minutos de su transmisión por Facebook en atacar a un reportero del gremio periodístico que transmite su mensaje. Hasta sentí que los Oxxos se habían transformado en Conasupos.
Queriendo respaldarse, el gobernador utilizó notas periodísticas para diferenciar buenos y malos. Luego se puso a picar cebolla contra medio mundo. Y finalmente explicó algo de un huevo en la cara que no supe si era parte de la receta.
En el camino, Jaime Bonilla, el gobernador, trató de dar una clase de periodismo al reportero que descubrió la información; cabe recordar que Jaime Bonilla, el empresario, es dueño PSN Primer Sistema de Noticias. Y es que ya lo establecimos el lunes: desde el poder, el gobernador se sigue sintiendo empresario muevededos; y ahora nos quiere controlar.
Al ver los ataques tan directos y sin fundamento contra la prensa en un lunes tan temprano -¿un Snickers?-, los medios que vemos sus mañaneras diarias de casi tres horas, decidimos retomar la información documentada que el reportero efectivamente indagó, haciendo eco con esto sobre la falta del gobernador.
Con sus ataques, descréditos y maniqueísmos, independientemente de si debía 89 mil pesos de Impuesto Predial o no, Bonilla Valdez ya estaba partiendo otra cebolla. Y es que ese mismo lunes, el gobernador aseguró que la información que lo demuestra como deudor era una campaña negra orquestada desde Palacio Municipal.
Con esto, Jaime Bonilla no sólo acusa un pago y una voluntad vendida, también asume que se puede coaccionar a 60 periodistas que de verdad defienden una voz atacada injustificadamente, para justificar que él no debe pagar 90 mil pesos de predial por el orgullo que le brindan sus propias suposiciones.
En su mañanera del lunes, el gobernador inexplicó las cosas para volverlas un asunto político. Sin embargo, en la transmisión de ayer martes, viendo la defensa de la información, el mandatario estatal se aventó como el Borras y acusó al reportero de haber falsificado el documento de declaración patrimonial que muestra a Bonilla Valdez como propietario del predio en cuestión.
Y de paso, también a los enemigos aparentes, a los que abrimos Declaranet, buscamos Jaime Bonilla y demostramos, cada quien a su manera, que no siempre funciona la cebolla en la mollera: porque en su declaración patrimonial de 2019, Jaime Bonilla inscribió el inmueble ante el Gobierno como suyo. Aquí el documento:
Ya con tres pedazos de cebolla en la cabeza, el balance es muy complicado y ayer martes, Jaime Bonilla no era precisamente un equilibrista. Además de darse importancia por sus años en la televisión, transformó la campaña negra que existió en su cabeza durante el lunes, en un asunto de celos para quejarse durante el martes porque, presumió, tengo 1 millón 727 mil 730 seguidores en Facebook.
El gobernador cree que los medios que cuestionamos lo hacemos por celos y no por eficiencia periodística, como si quisiéramos competir con la página de su Facebook nomás porque se siente titular de su propio Venga la Alegría.
Entonces introdujimos la página de Facebook de Jaime Bonilla Valdez, en un sistema que analiza el comportamiento de las redes sociales abiertas mientras arroja ciertos datos, y encontramos cosas interesantes.
Lo más importante es que se está desplomando entre sus seguidores de Facebook. Al ritmo de 50 cada día, Jaime Bonilla ha perdido 3 mil 747 seguidores desde el 1 de noviembre de 2020 a la fecha. Es verdad que con más de un 1 millón 700 mil seguidores, se ve difícil que pronto llegue a una posición escandalosa de puntos negativos en sus redes sociales; tendrían que pasar muchos más años de sus dos de gobierno para que se note lo que está sucediendo.
En 73 días, el gobernador pasó de 1 millón 731 mil 474, a 1 millón 727 mil 727, con un ligero aumento a finales de noviembre, pero en caída lenta, recta y constante como se muestra en la siguiente gráfica:
Esta constancia que nos arroja la imagen precisa que algo de lo que el Gobernador del Estado, Jaime Bonilla Valdez dice, hace o proyecta en sus redes, ya no le está gustando a sus seguidores. O no le gustó a sus ex seguidores. Puede tener alcances de cienmiles de vistas en sus transmisiones por Facebook, pero la constancia de caída que muestra la gráfica es prácticamente lineal.
Otra información interesante, son las palabras que más se repiten en los mensajes de redes sociales del gobernador. El tamaño significa la frecuencia; el color rojo, pocas reacciones; y el verde, muchas. Por ejemplo, la palabra Informe que destaca en la parte inferior, la usaron muchas veces hacia la población, aunque los mensajes con esa palabra fueron poco aceptados, según el sistema.
También obtuvimos un top de sus publicaciones más vistas: sus imágenes con 6 mil reacciones, sus vídeos con 4 mil y sus post con puro texto cuyo punto álgido alcanzó las mil 900 reacciones en los últimos tres meses. Para más de 1 millón 700 mil seguidores, parece que hay algo que no cuadra, porque una cosa es presumir el alcance y otra muy distinta es presumir la reacción, que es la cuenta en redes sociales.
Tal vez a nosotros sí pueda acusarnos de celosos porque somos un medio que apenas viene aterrizando y, todavía, tenemos poco impacto. Pero no, al final quien puso en la palestra a sus seguidores de Facebook y el poder que con ello ostenta, fue el propio gobernador para justificar sus ataques a la prensa.
Estos datos son de un sistema gratuito, legal y consultable para cualquiera que quiera verlos. Y es precisamente la idea: porque cuando picas la cebolla bien finita, basta precalentar el sartén y echarla con algo de aceite para empezar a acitronarla. Así empiezan casi todas las buenas recetas en la cocina mexicana.