Los estadounidenses fueron secuestrados el viernes en la frontera, luego de una confrontación armada entre grupos criminales, un hecho que la Casa Blanca ha calificado como “inaceptable”.

“De los cuatro (secuestrados) hay dos de ellos fallecidos, una persona herida y la otra con vida”, detalló el gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal, en un llamado durante la conferencia diaria del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Posteriormente, el fiscal del estado, Irving Barrios, señaló en una rueda de prensa que los indicios apuntan a que la acción contra el grupo de extranjeros fue producto de “una confusión”, sin ofrecer más detalles.

La cadena ABC News dio el lunes el nombre de los cuatro secuestrados: Latavia “Tay” McGee, Shaeed Woodard, Zindell Brown y Eric James Williams. Según sus familiares, los cuatro habrían cruzado la frontera para un procedimiento quirúrgico.

El portavoz de la Casa Blanca, John Kirby, informó después que Estados Unidos está trabajando con las autoridades mexicanas para saber más sobre el secuestro. “Los ataques a ciudadanos estadounidenses son inaceptables, no importa dónde ocurran”.

El fiscal general estadounidense, Merrick Garland, dijo que en los contactos están involucrados el FBI y el Departamento de Estado, además de la dependencia que dirige.

“Durante este momento difícil, quiero ofrecer mi más sentido pésame a las familias de los estadounidenses que fueron atacados y secuestrados”, afirmó.

INDIGNACIÓN EN EEUU

Los secuestros volvieron a poner la atención sobre las preocupaciones de Estados Unidos por la extendida violencia de pandillas y el narcotráfico en México.

Los republicanos, en particular, han estado presionando al Gobierno estadounidense para que adopte una postura más severa ante el crimen organizado en la frontera, en vista del creciente número de muertes ocurridas por sobredosis de fentanilo, un opiode sintético traficado por carteles mexicanos.

El senador republicano Lindsey Graham dijo el lunes que era tiempo de “poner a México sobre aviso”, se mostró a favor de aprobar una ley que declare a los carteles mexicanos como “grupos terroristas extranjeros” y de tomar medidas para el uso de la fuerza militar de ser necesario.

“Yo diría al Gobierno mexicano que si no arreglan el estropicio, nosotros lo vamos a arreglar por ustedes”, dijo a la cadena Fox News.

La fiscalía de Tamaulipas dijo que los dos supervivientes fueron entregados por corporaciones federales y estatales mexicanas a Estados Unidos en la frontera entre Matamoros y Brownsville. No se conocía el número exacto de los sospechosos en el secuestro, sostuvo el fiscal Barrios.

El gobernador Villarreal agregó que la persona herida, de un disparo en una pierna, no corría peligro. Una fuente de seguridad de ese estado mexicano dijo a Reuters que el lesionado fue internado en un hospital de Brownsville poco después de cruzar la franja limítrofe.

La misma fuente identificó a Latavia McGee y Eric James Willliams como las personas que fueron entregadas en el puente Los Tomates.

Aunque López Obrador también envió sus condolencias a los familiares de las víctimas, criticó a quienes desde Estados Unidos han cuestionado a México por lo sucedido.

El presidente denunció que muchas de las armas usadas por las bandas criminales locales llegan de forma ilegal desde la nación vecina, donde, además, se consume la droga producida por los carteles mexicanos, recordó.

Por Reuters.

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