CIUDAD DE GUATEMALA, 14 ene (Reuters) – Guatemala se alistaba el jueves para cortarle el paso a cientos de migrantes tras otorgarle al ejército y la policía poderes para usar la fuerza contra cientos de centroamericanos, parte de una caravana que salió en la víspera rumbo a Estados Unidos.

Según un decreto publicado el jueves, las fuerzas de seguridad podrán disolver hasta fines de enero toda reunión, grupo o manifestación pública e “impedir la salida de las poblaciones o en su caso someterlos a registro” en siete de los 22 departamentos del país, que forman parte de la ruta habitual de las caravanas migrantes.

Además, los gobiernos por donde suelen transitar los migrantes en su camino hacia Estados Unidos -Guatemala y México- insistieron en que exigirían pruebas negativas de COVID-19 para dejarlos pasar; en la práctica, una medida destinada a cortarles el paso, según los propios inmigrantes.

“Vamos camino a Estados Unidos porque en Honduras no hay futuro. Yo soy taxista y uno no puede trabajar porque lo extorsionan y todos los días hay 10 o 20 muertos”, se lamentó un joven que portaba una bandera hondureña y encabezaba una parte del grupo de unas 300 personas que caminaban hacia Guatemala.

Cada año, miles de centroamericanos emprenden una larga y peligrosa travesía a través del istmo y de México en busca de un mejor futuro en Estados Unidos.

Tras el agravamiento de la crisis económica en Centroamérica por la pandemia del coronavirus y dos potentes huracanes que golpearon la región a fines de 2020, muchos creen que los flujos migratorios crecerán este año.

Desde el 4 de enero, la policía de Guatemala dijo que ha detenido y regresado a su país a 231 hondureños que cruzaron su territorio sin documentos de identificación y sin presentar pruebas negativas al coronavirus, como se les exige.

El jueves, el consulado mexicano en Tecún Umán, una ciudad guatemalteca en la frontera con México, reiteró su exhorto a que las personas que busquen ingresar al país norteamericano lo hagan “con respeto a las disposiciones migratorias y los protocolos sanitarios establecidos”.

México es el cuarto país del mundo con más muertos a causa del COVID-19: casi 140,000 y, desde diciembre, se encuentra atravesando el acmé de la epidemia.

“No es por la prueba de coronavirus (que impedirán el ingreso). Lo que les importa es que no pasemos, ya dijeron que tienen antimotines en Guatemala, ¿acaso son para revisar la prueba? Claro que no”, dijo Lester de Dios, un hondureño de 25 años que integra la caravana de migrantes junto a su esposa.

De concretarse, esta sería la primera caravana del año y se produciría a menos de una semana de que el demócrata Joe Biden asuma la presidencia de Estados Unidos en reemplazo de Donald Trump, quien calificó a los migrantes como “hordas de invasores”.

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