El pasado jueves 10 de marzo, el Parlamento Europeo aprobó una resolución (con 607 votos a favor) en la que destaca que “México es desde hace mucho tiempo el lugar más peligroso y mortífero para los periodistas fuera de una zona oficial de guerra”, considerando que tan sólo desde principios de 2022, han sido asesinados siete periodistas.

En el documento publicado el mismo día, los eurodiputados resaltaron que la situación se ha deteriorado desde las últimas elecciones presidenciales de julio de 2018, pues, según fuentes oficiales, al menos 47 periodistas han sido asesinados desde entonces.

El texto advierte que a ello se suma un problema endémico de impunidad, ya que alrededor del 95% de los asesinatos de periodistas permanecen impunes, además de “las duras y sistemáticas críticas formuladas por las más altas autoridades del Gobierno mexicano contra los periodistas y su labor”, aludiendo a la retórica populista del presidente López Obrador en sus conferencias de prensa diarias.

Parlamento Europeo.

Ni tardos ni perezosos, el Gobierno de México emitió un comunicado como respuesta a la resolución del Parlamento Europeo (que luego aclararía el presidente Andrés Manuel haberlo escrito él, brincándose la posición de Marcelo Ebrard como encargado de las relaciones exteriores), en el que calificaron de “injerencista”, “golpista” y “falto de conocimiento” el planteamiento que hiciera el propio Parlamento.

“Aquí no se reprime a nadie, se respeta la libertad de expresión y el trabajo de los periodistas. El Estado no viola los derechos humanos como sucedía en gobiernos anteriores, cuando ustedes, por cierto, guardaron silencio cómplice”, resalta dicho comunicado que, más que una respuesta planteada a la altura de un gobierno de un país, pereciera una respuesta impulsada desde los intestinos.

Partiendo desde esas y otras premisas críticas y cuestionables, del Parlamento Europeo podrá decirse lo que quieran, incluso que ha tenido algunos desaciertos en otras temáticas en las que han incidido. Sin embargo, la realidad es que en México las condiciones para ejercer el periodismo cada vez son más letales y, los hechos no mienten.

A penas unas horas antes de terminar de redactar esta columna, se dio a conocer que, en Zitácuaro, Michoacán, habían asesinado al periodista Armando Linares, director del portal Monitor Michoacán. Periodista que, apenas el pasado 31 de enero, había denunciado públicamente el asesinato de Roberto Toledo, colaborador del mismo medio.

“El equipo de Monitor Michoacán ha venido sufriendo una serie de amenazas de muerte. Finalmente, estas amenazas se cumplieron y el día de hoy asesinaron a uno de los miembros de nuestro equipo”, dijo aquella ocasión Armando mediante un video que compartió en las redes sociales. Amenazas que este martes alcanzaron también a atentar contra su vida, pese a que el periodista estaba bajo el esquema del Mecanismo de Protección a periodistas.

Según los reportes de medios locales, Armando fue asesinado de ocho disparos en su domicilio y frente a su familia. El periódico El Sol de Morelia aseguró que el reportero había recibido amenazas desde 2019 y responsabilizaba al fiscal del Estado, Adrián López Solís, de actos de corrupción y amedrentamiento.

Con este asesinato, el octavo de un periodista en lo que va del 2022, no solamente se confirma lo que, bien o mal, el Parlamento Europeo había resuelto hace tan solo seis días, sino que se confirma también la despreocupación que tienen las autoridades hacia el gremio periodístico en el entendido de que, más allá de pretender garantizar la seguridad de los comunicadores, lo que les interesa es defender intereses particulares.

ZITÁCUARO, MICHOACÁN, 15MARZO2022.- Armando Linares, director de Monitor Michoacán, fue asesinado en Zitácuaro, Michoacán, así lo informaron medios locales de la entidad. En lo que va del 2022 ya suman 8 periodistas asesinados en el país.

“Las llamadas de alerta y auxilio de Armando no fueron escuchadas, las autoridades fueron omisas al no proveerle de los mecanismos de protección necesarios para velar por su integridad. Ahora está muerto”, hicieron saber este martes los periodistas de Michoacán en un comunicado dirigido al presidente, en el que recalcan:

“La rabia, imponencia e indignación no encuentran ya palabras frente a los homicidios de periodistas que se acumulan en México y Michoacán, esto frente a la indolencia del Estado Mexicano que opta por voltear el rostro y generar cortinas de humo para no asumir su responsabilidad en lo que es una realidad lacerante en nuestro país”.

Es claro que una vez más le fallaron las autoridades a los periodistas. Es claro que el asesinato del colega Armando Linares una vez más se evidenció la endeble estructura que conforma a los mecanismos de protección y sus derivados. Y es claro también que los protocolos que se pretenden no funcionan en esencia y que no van a funcionar en tanto no exista un respeto y una preocupación real hacia el periodista por parte de las autoridades y del Estado.

Mientras el Ejecutivo siga ensañado y preocupado más por lo que dicen “sus adversarios” que por la esencia de la problemática, nada va a garantizar que la vida de un periodista sea protegida ante cualquier circunstancia. Hoy perdimos nuevamente a uno de los nuestros. ¿Cuándo vamos a dejar de marchar y de manifestarnos por la muerte de un periodista? Ojalá hubiera oídos para esta y otras preguntas más.

Bonus: Señor presidente, basta ya de decir que esto es politiquería para desestabilizar a su gobierno. ¿Cuántos periodistas asesinados más necesita usted para entender y tomar las riendas de esta problemática?

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