Conocida como “La Tigresa”, la  actriz, cantante, empresaria y política Irma Serrano murió hoy a los 89 años, informó la Asociación Nacional de Interpretes de México (ANDI) en su Twitter (@ANDIMexico).

La artista, que siempre creaba polémica, falleció en la madrugada debido a un ataque al miocardio.

Irma Consuelo Cielo Serrano Castro, su nombre completo, nació el 9 de diciembre de 1933 en Comitán de Domínguez, Chiapas. La destacada escritora Rosario Castellanos fue su prima. Su papá Santiago Serrano Ruiz, periodista y poeta, le inculcó el gusto por la música desde pequeña. Después fue bailarina en el grupo coreográfico de Chelo La Rué.

Su carrera artista la empezó como cantante de ranchero. A los 14 años de edad se mudó  a la Ciudad de México, donde vivió con Rosario Castellanos.

Al principio posó desnuda y en dos ocasiones el artista plástico Diego Rivera la pintó. Incursionó en el cine en 1962 en la película “Santo contra los zombies”, dirigida por Benito Alazraki, y siguió con los filmes “El extra (1962), “Tiburones” (1963), “El Zurdo” (1965), “El hijo de Gabino Barrera” (1965), “Los malvados” (1966), “El hijo del diablo” (1966), “La venganza de Gabino Barrera” (1967), “Los amores de Juan Charrasqueado” (1968), “La Chamuscada” (1971), “La Martina” (1972), “La Tigresa” (1973), “Santo contra La Tigresa” (1973), “Noches de Cabaret” (1978), “Lola la Trailera” (1983), “Naná” (1985) y “Los amantes del señor de la noche” (1986).

Además laboró en telenovelas y en el teatro. En los años setenta, compró el Teatro Virginia Fábregas que después llamó el Teatro Fru Fru. Y empezó a producir piezas teatrales.

En los años noventa comenzó a laborar como política en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) después con el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y luego fue independiente. Fue senadora y diputada.

Nunca contrajo matrimonio, ni tuvo hijos. Residía en Comitán, Chiapas, donde la cuidaba su sobrino Luis Felipe García. En su libro autobiográfico “A calzón amarrado” escribió que fue amante de Gustavo Díaz Ordaz cuando fue presidente de México de 1964 a 1970 y que le regaló una casa en Jardines del Pedregal.

El escritor Carlos Monsiváis señaló:
“Irma Serrano es lo que se dice de ella, lo que uno imagina que se dice de ella, lo que ella supone que uno dice cuando comenta su existencia, el júbilo de su Público (“¡mamacita!”), la sonrisa desdeñosa del Buen Gusto ansioso de no contaminarse”.

De Apro.

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