El 14 de febrero, “Laura” –quien pidió ser llamada así para proteger su identidad–, recibió una bomba casera que le envió su expareja, por el Día del Amor y la Amistad. Cuando fue a denunciar a la Fiscalía de Oaxaca, le dijeron que al no estar “herida o moribunda” el delito se tipificaría como violencia familiar, no tentativa de feminicidio.

“Exijo la reclasificación del delito, el arrojarme la bomba casera es una tentativa de feminicidio y exijo se aplique todo el peso de la ley, vivo amenazada”, aseguró la mujer.

La expareja de “Laura”, de 33 años, llegó a donde trabaja, en el Mercado Central de Ixtepec, y le arrojó el artefacto elaborado con ácido, mientras le gritó: “Ahí está tu regalito”.

Los comerciantes, clientes y policías fueron testigos de la tentativa de feminicidio. Pero eso no fue suficiente para las autoridades, que no lo detuvieron y solo emitieron una orden de restricción.

“Una orden de alejamiento no me salvará la vida. Él me quiere matar”, denunció.

Debido a que su pareja era violenta y consumía drogas, decidió separarse de él hace cinco meses, después de 12 años de matrimonio. Desde entonces la ha amenazado constantemente. Esta fue la segunda vez que le arrojó una bomba.

“Ya no vivo en paz. Él no respeta la orden de restricción. Pido que lo encarcelen. La bomba que me arrojó traía ácido y otros materiales dañinos. No es la primera vez, y eso es tentativa de feminicidio. Ese hombre quiere matarme”, añadió.

Consideró que la actitud de su expareja responde a que no acepta que lo haya dejado. “Pero no había otra opción. Su nivel de violencia creció desde que consume cristal”, afirmó.

Y responsabilizó a las autoridades oaxaqueñas de lo que le suceda. “Porque se los estoy anticipando. Este señor hará todo por matarme”, aseguró y comentó que sus hijas han sido víctimas de bullying en sus escuelas por la violencia que siguen viviendo.

De Apro.

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