La familia del joven Raúl Alejandro Valenzuela aún espera justicia por parte de las autoridades, luego de que el empresario Fernando Fernández, director de Intercam Banco, impactara el auto en el que viajaba Raúl, y se diera a la fuga, lo que constituye un delito.

El pasado 8 de diciembre un Porsche gris impactó contra un sedán Malibú sobre el bulevar Agua Caliente, frente al Grand Hotel Tijuana tras saltarse un semáforo en rojo. Un tercer vehículo, cuyas víctimas se desconoce, también fue impactado en el siniestro.

Según Karla Valenzuela, hermana de Raúl, hay testigos que vieron cómo se bajó el empresario junto con su esposa del Porsche, y se fueron en un Mercedes Benz de la escena, que era manejado por un escolta. El saldo fue la muerte de Raúl y su amigo Hilario. Al parecer salían del gimnasio.

La familia Valenzuela también denunció irregularidades en la investigación, como el hecho de que, cuando Karla llegó a la 1 AM a la escena, se percató de que no había peritos, y describió que los agentes que estaban, procesaron la escena “al tanteo”.

Además de que solo le devolvieron anillos del joven, más nunca su teléfono. Incluso llegaron al extremo de declarar culpable al occiso al ser quien se incorporó en la vía previo a la colisión.

También señalaron que la posición privilegiada del empresario lo está ayudando para que las autoridades trabajen en su favor, pues la FGE habría dicho que no tienen las placas del auto ni el nombre del responsable. Esto resulta contradictorio pues la familia proveyó las placas, mismas que son FBR-445-B.

El titular de Seguridad y Protección Cuidadana de Tijuana se deslindó al pasarle la responsabilidad de investigar a la Fiscalía Estatal.

Raúl estudiaba nutrición, quería convertirse en fisiculturusta en CDMX y trabajaba en la panadería Conde Ducke, acorde a lo descrito por la familia.

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