Los mexicanos comenzaron el 2022 con la peor cuesta de enero de las últimas dos décadas luego de que la inflación se ubicó en 7.07% anual, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Dicho nivel nunca se había visto para un mes de enero desde el 2001.

Al interior del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), la inflación subyacente se elevó 6.21%, y se obtiene eliminando del cálculo del INPC los bienes y servicios cuyos precios son más volátiles, o bien que su proceso de determinación no responde a condiciones de mercado.

Por su parte la inflación no subyacente, que solo integra a los productos agropecuarios, energéticos y tarifas autorizadas por distintos órdenes de gobierno, creció 9.68%.

En enero, los productos que más aumentaron en el primer mes del año fueron el limón con un 68.77%; seguido por la papa y otros tubérculos, 15.49%; los plátanos 12.07%; el aguacate 11.45% y en menor medida subieron los precios de la gasolina de bajo octanaje, del pollo y cigarrillos.

En contraste, disminuyeron los costos del jitomate, transporte aéreo, tomate verde, chile serrano, gas doméstico LP, otros chiles secos, toallas sanitarias y el frijol.

La otra lectura que se le puede dar al dato de inflación es que por segundo mes consecutivo, los precios fueron a la baja, sin embargo, sumaron 11 meses fuera del rango meta del Banco de México que es del 3% (+/- un punto porcentual).

De acuerdo con el análisis del Grupo Financiero Ve por Más estima que la inflación se desacelere este año, cerrando en 4.10% anual, por un efecto aritmético (alta base comparativa) y asumiendo que algunos de los choques de oferta que la han presionado se irán diluyendo, especialmente en la segunda mitad del año.

Sin embargo, aún prevalecen diversos riesgos que pudieran ocasionar que la inflación tarde más de lo previsto en ceder:

Las obstrucciones en la oferta de bienes y servicios pueden agudizarse durante el primer trimestre del 2022, ante el reciente incremento en los contagios en el mundo; un retiro más acelerado del apoyo monetario en los Estados Unidos derivaría en un mayor efecto traspaso del tipo de cambio; el incremento al salario mínimo implica un choque de costos adicional para productores.

Y, por último, los altos niveles de inflación por un tiempo prolongado pueden ocasionar que las expectativas de precios se anclen en un nivel superior al actual.

Con información de Proceso.

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