Ya era de noche y todo lucia habitual en aquel martes de mediados del 2000. Seis adolescentes de prepa jugábamos Tony Hawk Pro Skater, en el PlayStation 1.

Me gustaba elegir a Chad Muska; nunca lo había visto patinar, pero su nombre esta curada.

Tras un rato de turnar el control y tripear con el juego, una de las jóvenes que vivía en la casa comenzó hablar de sucesos extraños que le ocurrían: tenis que se volteaban solos, televisión encendida en las madrugadas, incluso, una nalgada sin que hubiera nadie alrededor.

Bien dicen y aunque suene trillado, que un lugar con energías no perceptibles para el ojo común, se activa cuando comienzan a hablar de ello, y así sucedió.

Un perro empezó a ladrar y a arañar la puerta metálica de la cocina, la cual estaba a un lado de la sala donde nosotros jugábamos.

Todos pensamos que era la mascota del hogar en el patio de atrás, tal vez, alertando de un ladrón o queriendo salir.

Tras unos minutos los ladridos se intensificaron, pero no vimos respuesta de ninguna de las hermanas que habitaban la casa. Se miraban entre ellas como dudando si decir o no, lo que estaba ocurriendo.

No pasó mucho tiempo para que una de ellas dijera: no tenemos perro. Su respuesta fue como un dardo de adrenalina incrustándose en nuestras venas, haciendo que todos saliéramos corriendo del lugar.

Luego de unos minutos respirando de manera agitada decidimos regresar a la casa, la cual estaba con la puerta principal cerrada pese a que la dejamos abierta al salir huyendo.

No sé si lo puedan imaginar, pero ésta es una casa de dos pisos tipo Infonavit, sin patio delantero; la puerta principal está, por así decirlo, pegada a la banqueta, la cual es también muy reducida o tal vez inexistente.

Al regresar y encontrar todo cerrado, el asombro creció. No imaginamos que estábamos frente a una de las noches que jamás olvidaríamos: 6 adolescentes parados en medio de una pequeña calle, frente a una casa que parece esconder algo más que lo material.

Y fue en la ventana del segundo piso donde realmente inició lo que se denomina como Lo inexplicable.

Ahí, tras al vidrio, se mostraba la silueta de un brazo haciendo movimientos que ninguno de nosotros había visto en sus vidas.

Es complicado de explicar, era como si la extremidad del ente, espíritu o energía, se moviera muy rápido y en milésimas de segundo muy lento.

Algo muy similar a lo que se observa en una de las escenas de la película El Aro, cuando una televisión sin señal muestra el film de la niña saliendo de un pozo para después traspasar la pantalla y acechar a sus víctimas cinéfilas.

Bueno, en aquel entonces todavía no salía esa película, pero fue lo que los 6 vimos: movimientos entre erráticos, lentos y veloces a la vez.

La silueta del brazo, nos tenía como hipnotizados, no sabíamos qué hacer, o decir, hasta que un amigo se atrevió: si eres mujer da un golpe a la ventana, si eres hombre, da dos…

A los segundos se vio, escuchó y sintió una mano impactando el vidrio en dos ocasiones seguidas, acto que nos hizo correr de nuevo.

Agitados y sin encontrar respuestas, solo nos mirábamos los unos a los otros expresando: ¡No mames!, ¡No mames! Parecía que no conocíamos otras palabras, pero era el asombro.

Con oxigeno de nuevo en los pulmones, pero con el corazón latiendo de temor ante lo que parecía ser un fantasma, retornamos a la casa, donde seguía la puerta cerrada.

La luz de la ventana de arriba ya estaba apagada y como nuevo detalle, había una llave de agua que estaba a un costado de la puerta principal, abierta, dejando que el líquido corriera por la calle.

Continuará…

Lo paranormal, aquello que no podemos explicar o que simplemente se niega al no proyectarse en algo material, es parte de nuestro mundo, siempre presente, aunque el ojo común no lo pueda ver.

Acá en GLOCAL MEDIA, me estaré dando el tiempo de abordar eso que muchos medios tradicionales no publican, por la razón de que no hay “pruebas factibles”.

Pese a esa postura, la cual se puede entender ante la rigurosidad que implica el hacer periodismo, se puede decir, como argumento a favor, que existen decenas de testimonios de personas honestas que han experimentado una situación llamada paranormal.

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