TEGUCIGALPA, 16 nov (Reuters) – El “catastrófico” huracán Iota de categoría 5 mantenía el lunes su avance hacia Centroamérica, donde decenas de miles de personas fueron evacuadas, mientras presidentes de los países de la región solicitaron ayuda internacional para afrontar los estragos del ciclón y del reciente paso devastador de Eta.

El ciclón se ubicaba a unos 130 kilómetros al este-sureste de Puerto Cabezas, Nicaragua, y se movía hacia el oeste a 15 kilómetros por hora (km/h), soplando vientos máximos sostenidos de 260 km/h, según al Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés).

El núcleo del huracán tocará tierra en el noreste de Nicaragua esta noche, y se disipará en América Central el miércoles, añadió.

“Se pronostica que Iota continúe como un catastrófico huracán categoría 5 (en la escala Saffir-Simpson) cuando se aproxime a América Central esta noche y se espera un debilitamiento rápido luego que toque tierra”, dijo el NHC.

Presidentes de la región se reunieron el lunes de forma presencial y virtual con el presidente del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), con el fin de solicitar recursos para recuperarse de la tormenta Eta, que ha dejado muertos, damnificados y daños a la infraestructura, que se sumarán a los efectos que traiga Iota y los de la pandemia.

“En pocas horas Centroamérica se va a enfrentar a otro desastre natural más, un huracán grado 5 (…) los daños que se esperan son cuantiosos”, dijo Alejandro Giammattei, mandatario guatemalteco. “Venimos acá para buscar que nos apoyen los países del mundo y organismos financieros internacionales para fondos para la reconstrucción nacional”, agregó.

El NHC ha advertido que inundaciones y deslizamientos de tierra en Honduras y Nicaragua podrían empeorar por lo efectos recientes del huracán Eta, resultando en impactos significativos a potencialmente catastróficos.

A principios de noviembre, Eta, uno de las tormentas más poderosas que impactó Centroamérica en años, tocó tierra en Nicaragua. En los días siguientes, el ciclón avanzó por la región descargando potentes lluvias que dejaron más de 100 fallecidos, al menos 2.5 millones de afectados e infraestructura destrozada desde Panamá hasta el sur de México.

 

INSEGURIDAD ALIMENTARIA

GUILLERMO FERREBUS/REUTERS

Varias naciones centroamericanas aún están atendiendo a personas en albergues que no han podido volver a sus casas tras el efecto de Eta, una tormenta que dejó a millones en condiciones de inseguridad alimentaria, según un programa de las Naciones Unidas.

Así, hay poblados donde el agua nunca bajó después de Eta y sus pobladores solo pueden moverse en balsas para intentar protegerse de Iota.

Autoridades de Honduras dijeron que habían evacuado a unas 80,000 personas en todo el territorio y el lunes continuaban retirando a más personas y habilitando albergues. Sin embargo, había personas en zonas costeras cuyo rescate se había complicado desde el fin de semana por falta de combustible.

Douglas Espinal, jefe del cuerpo de bomberos de Puerto Lempira, dijo que la escasez de combustible se debió a los esfuerzos de evacuación y rescate durante la tormenta anterior, la cual destruyó cultivos y mató a decenas de personas en deslizamientos de tierra e inundaciones.

En Nicaragua, donde autoridades aseguraron que Iota es el más peligroso huracán que se ha acercado a sus costas, cientos de personas fueron evacuados en el cabo Gracias a Dios, fronterizo con Honduras. Ahí los hombres se quedaron cuidando sus casas, y mujeres y niños fueron evacuados.

Mientras tanto, El Salvador declaró alerta roja mientras el gobierno anunció un monitoreo de todas las zonas, el despliegue masivo de personal y evacuaciones preventivas principalmente en zonas cercanas a cuencas de ríos, embalses, lugares aledaños a cerros y volcanes.

Guatemala también ha efectuado evacuaciones en zonas de riesgo desde el fin de semana y autoridades de protección civil alertaron el lunes de fuertes lluvias en al menos 10 departamentos. Panamá y Costa Rica también se mantenían en alerta por Iota.

El sur de México, donde Eta provocó muertes y decenas de miles de damnificados, sobre todo en el estado Tabasco, podría resentir también los efectos de Iota, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador. “El río Usumacinta ahora es nuestra preocupación. Este río no tiene ningún control, no hay presa, está salido de cauce, hay inundación”, agregó.

La actual temporada de huracanes del Atlántico ha batido récords en el número de tormentas nombradas, que ya suman 30 tras la aparición de Iota. Algunos científicos señalan como responsable al incremento de las temperaturas oceánicas debido al cambio climático provocado por el ser humano.

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