Svetlana, una ucraniana de 28 años, con su hijo vestido con un grueso traje de nieve verde para protegerlo del frío, sonríe débilmente cuando le preguntan su nombre al llegar a un refugio en Hungría.

“Se llama Semyon. Cumplirá dos años dentro de dos días”.

Ella, Semyon, su hijo mayor Dmitry y su madre consiguieron finalmente cruzar la frontera ucraniana con Hungría el martes, tras un largo y peligroso viaje desde Kiev.

Al salir del autobús que la llevó desde el paso fronterizo hasta el refugio de Tiszabecs, Svetlana cayó en los brazos de su hermana mayor. Ésta había viajado a Hungría desde Eslovenia para conocerla y lloró de alivio al ver a Svetlana y a sus sobrinos.

Las dos hermanas se abrazaron con fuerza durante mucho tiempo. Después metieron la única maleta de Svetlana, que contenía sus pocas pertenencias de la casa, en el maletero de un automóvil.

El padre de Semyon no estará con ellos para celebrar el cumpleaños de su hijo a salvo. Después de conducir a sus seres queridos hasta la frontera, volvió a entrar en Ucrania.

Ucrania insta a los hombres a quedarse en el país y luchar y ha impuesto normas que impiden a los nacionales entre 18 y 60 años cruzar las fronteras.

“Esperamos que todo el mundo nos ayude en Kiev, en Ucrania, porque es una catástrofe”, dijo Svetlana.

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