WASHINGTON, 14 ene (Reuters) – Las temperaturas mundiales en 2020 estuvieron entre las más altas registradas y rivalizaron con las de 2016, hasta ahora el año más caliente de la historia, según datos internacionales recopilados por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y publicados el jueves.
El calor se produjo pese a una recesión mundial a causa de la pandemia de COVID-19, que redujo profundamente las emisiones de combustibles fósiles, sumando pruebas de que las concentraciones de dióxido de carbono que ya se encuentran en la atmósfera han puesto al planeta en una senda de calentamiento.
El informe de la OMM incluyó datos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) y de la Oficina Meteorológica del Reino Unido, que clasificaron el 2020 como el segundo año más cálido, luego de que una tendencia de enfriamiento llamada La Niña no logró moderar las temperaturas globales.
La NASA, cuyos datos también se incluyeron, había dicho que el 2020 empató con el 2016 como el año más cálido en los registros.
La noticia es “otro duro recordatorio del implacable ritmo del cambio climático, que está destruyendo vidas y medios de vida en todo el planeta”, dijo el secretario general de la ONU, António Guterres. “Hacer la paz con la naturaleza es la tarea que define el siglo XXI”.
La OMM dijo que las diferencias en las temperaturas medias mundiales entre los tres años más cálidos, 2016, 2019 y 2020, eran indistinguibles. La temperatura media mundial en 2020 fue de unos 14,9°C, o unos 1,2°C por encima del nivel preindustrial de 1850-1900. El resultado está en el límite inferior de 1,5°C de aumento de temperatura que el Acuerdo de París sobre el clima de 2015 pretendía evitar.
Los cinco conjuntos de datos estudiados por la OMM mostraron que 2011-2020 fue la década más cálida y NOAA dijo que los siete años más cálidos, desde que comenzó el registro en 1880, han ocurrido desde 2014.
La OMM, un organismo de las Naciones Unidas, se basó en los datos de los sitios de observación y de los buques y boyas de la NOAA y la NASA, así como del Centro Hadley de la Oficina de Meteorología del Reino Unido y de la Unidad de Investigación Climática de la Universidad de East Anglia.
También aprovechó los datos del Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio y su Servicio de Cambio Climático Copérnico, y la Agencia Meteorológica de Japón.