No se trata de hacer una diferenciación que busque desdeñar el desempeño de los naturalizados que han estado en el Tri.

Tanto los seleccionados por nacimiento como aquellos que lo obtuvieron por la vía legal, deben ser calificados por igual.

Sin embargo, el quehacer periodístico exige análisis y, si este se puede hacer sin una opinión predeterminada a favor o en contra, buscando la imparcialidad (si es que eso es posible), se puede decir que vale la pena.

Partiendo de la década de los noventa vemos que el doctor Miguel Mejía Barón (Estados Unidos, 1994) y Manuel Lapuente (Francia, 1998) no viajaron con naturalizados.

Para el 2002 se comenzó con el cambio. Fue Javier Aguirre quien llevó al mediocampista del Pachuca, Gabriel Caballero.

Gabriel Caballero.

El desempeño de este fue bueno frente a Croacia, el equipo en general lució bien en aquel triunfo de 1-0 con gol de penal de Cuauhtémoc Blanco, el cual había recibido una falta dentro del área.

Pero sin duda lo que más se recuerda de Corea-Japón es la eliminación frente a Estados Unidos en octavos de final. Nunca se había sentido tan cerca el quinto partido.

En una entrevista para un medio deportivo, ya como director técnico, Caballero dijo que esa derrota fue porque él no jugó; algo que expresó entre risas.

Lo cierto es que el papel del hombre del Pachuca fue regular-bueno, siendo el primer naturalizado que era convocado a una justa mundialista.

“Abrí puertas en ese sentido, para mí fue un honor y un orgullo muy grande el poder representar a México”, manifestó en una entrevista.

Para Alemania 2006 Ricardo Lavolpe subió a Zinha, del Toluca, y a Guillermo Franco, del Villareal.

Del primero, tal vez muchos puedan coincidir que ha sido el que más ha brillado por su inigualable talento en el medio campo, para filtrar pases, paredes, hacer goles.

El 10 fue sin duda siempre un jugador entregado y en su paso por el Tri no fue la excepción.

Con el Guille es diferente, muchos no querían que fuera convocado, esto pese haber sido campeón goleador en 2004 con los Rayados del Monterrey.

Su instinto para anotar era claro, pero algo pasó en Alemania que se le vio impreciso, algunos incluso calificándolo de hacer movimientos torpes.

Las críticas que recibió no fueron impedimento para que se subiera al avión que llevaba como destino Sudáfrica, en el 2010.

Ya como jugador del West Ham, Franco le llenó el ojo al Vasco Aguirre, quien se aventuraba a su segunda etapa como técnico de la Selección Mexicana.

En ese mundial se puede decir que tampoco le fue bien al delantero, su participación no marcó diferencia y, por el contrario, fue de nuevo sumamente criticada.

Para Miguel Herrera (Brasil, 2014) y Juan Carlos Osorio (Rusia, 2018), no hubo necesidad de hablarle a jugadores naturalizados.

En ambas justas el papel del Tri fue similar, quedándose de nuevo en octavos de final.

Para Qatar 2022 el Tata Martino seguramente incorporará a Rogelio Funes Mori, delantero del Monterrey.

Rogelio Funes Mori celebra tras anotar ante América el gol del título de la Liga de Campeones Concacaf. Estadio BBVA, Monterrey, México. 28 de octubre de 2021. REUTERS/Jorge Mendoza

Con 31 años de edad el originario de Argentina podría marcar el retorno de un naturalizado a la escuadra nacional.

Muchos piden que no se le incluya y que en su lugar se cuente con el joven de 20 años del Cruz Azul, Santiago Giménez.

Santiago Giménez, delantero del Cruz Azul. FOTO: MARIO JASSO/CUARTOSCURO.COM

Pensar que uno está por encima del otro por una cuestión de nacimiento es discriminatorio y sería casi tanto como caer en xenofobia.

A cualquiera que se le dé la oportunidad debe aprovecharla.

Al final, el análisis arroja que con y sin naturalizados, no ha habido cambios. El problema de la Selección Mexicana ha sido general, de todos los jugadores, el cuerpo técnico y en especial de los dirigentes y dueños del balón en el país. Quienes siguen prefiriendo el verde de los dólares, el interés económico por encima del verde de la jersey.

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