TEGUCIGALPA/MANAGUA, 18 nov (Reuters) – La tormenta Iota se disipaba el miércoles en las montañas de El Salvador, dejando a su paso deslaves, inundaciones, miles de damnificados y al menos 24 muertos en Centroamérica, que aún sufría los efectos de otro reciente ciclón.
Iota, el huracán más fuerte en golpear Nicaragua desde que existen registros, azotó la costa caribeña de ese país el lunes, con vientos de 250 kilómetros por hora (km/h) apenas dos semanas después de que el ciclón Eta sacudiera la región causando más de 100 muertes y decenas de desaparecidos.
Ahora, Honduras y Nicaragua luchan por hacer frente a las devastadoras inundaciones que ha dejado Iota en su avance por la empobrecida zona.
La vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, informó que fueron recuperados los cuerpos de ocho víctimas de un deslave en el norteño municipio La Dalia. En el departamento Carazo, en el sur del país, una madre y sus cuatro hijos perdieron la vida tras ser arrastrados por la creciente de un río.
Otros tres decesos han sido reportados en distintos puntos del territorio debido al temporal, dijo Murillo.
En Honduras, cinco miembros de una familia, entre ellos dos adultos y tres niños, murieron sepultados por un alud de lodo y piedras que arrasó con su vivienda en la remota aldea Los Trapiches, cerca de la frontera con El Salvador y Guatemala, informaron autoridades locales.
A pesar del desvanecimiento de Iota, el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por su sigla en inglés) dijo que continuaba “el peligro de fuerte lluvia” que podría desencadenar inundaciones y deslizamientos de tierra en Centroamérica y el sur de México hasta el jueves.
Las autoridades de El Salvador han reportado hasta ahora una muerte relacionada con la tormenta y cientos de refugiados. En Panamá, el Gobierno informó de dos personas fallecidas.
Los remanentes de Iota se localizaban a 35 kilómetros de San Salvador y avanzaban hacia el oeste rumbo al océano Pacífico a una velocidad de 19 km/h, precisó el NHC.
A principios de noviembre, la poderosa tormenta Eta tocó tierra en Nicaragua. En los días siguientes, el ciclón avanzó por la región descargando potentes lluvias, al menos 2.5 millones de afectados e infraestructura destrozada desde Panamá hasta el sur de México.
La actual temporada de huracanes del Atlántico ha batido récords en el número de tormentas nombradas, que ya suman 30 tras la aparición de Iota. Algunos científicos señalan como responsable al incremento de las temperaturas oceánicas debido al cambio climático provocado por el ser humano.