WASHINGTON, 2 nov (Reuters) – Joe Biden, quien formó parte del inventario de la política de Estados Unidos durante medio siglo como senador y vicepresidente, logró escalar hasta la cima de la montaña política, ganando las elecciones presidenciales de USA

Biden tendrá 78 años cuando asuma el cargo el 20 de enero. Trump, de 74 años, fue la persona de mayor edad que asumió la presidencia cuando juró a los 70 años en 2017.

Biden buscó sin éxito la candidatura presidencial demócrata en 1988 y 2008 antes de asegurarse finalmente la bendición de su partido este año, con un fuerte apoyo entre los votantes negros.

Aporta a su carrera una mezcla de antecedentes obreros, experiencia en política exterior y una convincente historia de vida marcada por una tragedia familiar: la pérdida de su primera esposa y una hija en un accidente de coche, y de un hijo a causa del cáncer.

Biden llegó a Washington como un joven advenedizo. Fue elegido en 1972 a los 29 años para el Senado por Delaware y estuvo allí durante 36 años antes de servir de 2009 a 2017 como vicepresidente de Barack Obama, el primer presidente negro del país.

Trump ha tratado de convertir la experiencia de Biden en una carga, acusándolo de ser un político de carrera. Trump ha dicho que Biden se convertiría en una marioneta de la “izquierda radical” del Partido Demócrata.

La pandemia ha estado en el centro de la carrera presidencial. Biden acusa a Trump de rendirse ante la crisis de salud pública, diciendo que entró en pánico y trató de desear que el virus desapareciera en lugar de hacer el trabajo duro que se necesitaba para tenerlo bajo control, dejando la economía en ruinas y a millones de personas sin empleo.

Trump, que estuvo hospitalizado durante tres días tras contraer el COVID-19, se ha burlado de Biden por llevar regularmente una mascarilla para protegerse de la propagación del patógeno.

 

“EL ALMA DE LA NACIÓN”

Después de servir como vicepresidente, Biden optó por no presentarse a la presidencia en 2016, sólo para ver a Trump derrotar a la demócrata Hillary Clinton. Cuando Biden anunció su candidatura en abril de 2019, apuntó directamente a Trump.

“Estamos en una batalla por el alma de esta nación”, dijo Biden, agregando que si Trump era reelegido “alteraría para siempre y fundamentalmente el carácter de este país, que es lo que somos, y no puedo quedarme de brazos cruzados y ver que eso suceda”.

Biden seleccionó a la senadora Kamala Harris -cuyo padre es un inmigrante de Jamaica y su madre de India- como su compañera de fórmula, convirtiéndola en la primera mujer negra y la primera persona de ascendencia asiática en una candidatura de un partido mayoritario en Estados Unidos. A los 56 años, Harris es una generación más joven que Biden.

El esfuerzo de Trump por enlodar a Biden dio como resultado un juicio político al presidente en la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, en diciembre de 2019. Los dos artículos de la impugnación -abuso de poder y obstrucción del Congreso- surgieron de la solicitud de Trump a Ucrania de que investigara a Biden y a su hijo Hunter por acusaciones de corrupción sin fundamento.

En febrero, el Senado, controlado por los compañeros republicanos de Trump, lo absolvió de los cargos tras negarse a llamar a ningún testigo.

Los organismos de inteligencia estadounidenses y el director del FBI este año llegaron a la conclusión de que Rusia, después de interferir en las elecciones de 2016 para perjudicar a Clinton, estaba llevando a cabo una campaña para denigrar a Biden y aumentar las posibilidades de reelección de Trump, al mismo tiempo que promovía la cizaña en Estados Unidos.

Las dos anteriores campañas presidenciales de Biden no salieron bien. Se retiró de la carrera de 1988 después de acusaciones de haber plagiado algunas líneas del discurso del líder del Partido Laborista Británico Neil Kinnock. En 2008 tuvo poco apoyo y se retiró, pero fue seleccionado más tarde como compañero de fórmula de Obama.

El campechano Biden, conocido por sus conversaciones francas y sus ocasionales desatinos verbales, a menudo se ha referido a sus raíces de clase trabajadora para conectar con los ciudadanos comunes. Biden también fue el primer vicepresidente católico de Estados Unidos.

Bajo Obama, Biden sirvió como mediador en asuntos de guerra, internacionales exteriores y domésticos como el control de armas y la política fiscal.

Obama no siempre siguió los consejos de Biden. Obama dio el visto bueno a la redada de 2011 en Pakistán que mató al líder de Al Qaeda Osama bin Laden, a pesar de la advertencia de Biden de que era demasiado arriesgado.

Biden habla abiertamente sobre las tragedias de su familia, incluyendo el accidente automovilístico de 1972 en el que murieron su primera esposa, Neilia, y su hija de 13 meses, Naomi, semanas después que fue elegido senador.

Casi abandonó su carrera política para cuidar de sus dos hijos pequeños que sobrevivieron al accidente, pero persistió y viajó en tren desde Delaware a Washington para evitar el desarraigo de los niños.

En 2015, su hijo Joseph “Beau” Biden III, un veterano de la guerra de Irak que había sido fiscal general de Delaware, murió de cáncer cerebral a los 46 años. Otro hijo, Hunter, luchó con problemas de drogas cuando era adulto.

El propio Biden tuvo un problema de salud en 1988 cuando sufrió dos aneurismas cerebrales.

 

CREDENCIALES OBRERAS

Biden, el mayor de cuatro hermanos, nació en la ciudad obrera de Scranton, en Pensilvania. Su familia se mudó más tarde a Delaware. Biden superó la tartamudez de niño recitando pasajes de poesía frente a un espejo.

Era prácticamente un novato en política -con solo dos años en una junta del condado en Delaware- cuando en 1972 se convirtió en el quinto senador electo más joven en la historia de Estados Unidos.

Pese a los años de hostilidades partidistas en Washington, Biden siguió creyendo en el bipartidismo. Durante su tiempo en el Senado, Biden fue conocido por sus estrechas relaciones de trabajo con algunos de sus colegas del otro bando. Varios republicanos descontentos, incluidos exfuncionarios del gobierno y exlegisladores, alarmados por la presidencia de Trump, han apoyado a Biden.

Asimismo, abogó por un papel de Estados Unidos como líder en la escena mundial en un momento en que Trump estaba abandonando los acuerdos internacionales y exasperando a sus antiguos aliados extranjeros.

Uno de los logros de Biden como senador fue ayudar a asegurar la aprobación en 1994 de la Ley de Violencia contra la Mujer para proteger a las víctimas de delitos domésticos.

Mientras estuvo en el Senado, Biden se especializó en asuntos internacionales y llegó a dirigir el Comité de Relaciones Exteriores. Votó a favor de autorizar la invasión de Irak en 2003 antes de convertirse en un crítico del manejo de la guerra por parte del presidente republicano George W. Bush.

Biden fue criticado como presidente del Comité Judicial del Senado en 1991 por su manejo de las acusaciones de acoso sexual contra el candidato conservador a la Corte Suprema del presidente republicano George H.W. Bush, Clarence Thomas, por parte de su excolaboradora Anita Hill. Los progresistas lo criticaron por hacer muy poco por defender las acusaciones de Hill, que Thomas negó.

El comité celebró explosivas audiencias televisadas antes de la eventual confirmación de Thomas en el Senado.

En mayo de este año, Biden negó la acusación de una exasesora del Senado de haberla agredido sexualmente en 1993: “inequívocamente, nunca, nunca sucedió”. La acusación fue hecha por una mujer de California llamada Tara Reade que trabajó como asistente de personal en la oficina de Biden en el Senado durante unos 10 meses.

Reade fue una de las ocho mujeres que en 2019 se presentaron para decir que Biden las había abrazado, besado o tocado de maneras que las incomodaban, pero ninguna otra lo acusó de agresión sexual.

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