Vladimir Putin ha ganado las elecciones presidenciales rusas con el 87,97% de los votos, de acuerdo a los primeros resultados oficiales dados a conocer el domingo tras el cierre de las urnas.

Miles de personas acudieron el domingo a los colegios electorales de toda Rusia para participar en lo que la oposición calificó como un protesta política pacífica pero simbólica contra la reelección del presidente Vladimir Putin.

En una acción denominada “Mediodía contra Putin”, los rusos que se oponen al veterano líder del Kremlin acudieron a su colegio electoral local al mediodía para estropear su papeleta o votar por uno de los tres candidatos que se oponen a Putin.

Otros se habían comprometido a garabatear en su papeleta de voto el nombre del difunto líder de la oposición Alexei Navalny, fallecido el mes pasado en una prisión del Ártico.

Los aliados de Navalny difundieron videos de filas de personas en distintos colegios electorales de Rusia a mediodía que, según dijeron, estaban allí para protestar pacíficamente.

Navalny había respaldado el plan “Mediodía contra Putin” en un mensaje en las redes sociales facilitado por sus abogados antes de morir. El periódico independiente Novaya Gazeta calificó la acción como el “testamento político de Navalny”.

“Hay muy pocas esperanzas, pero si puedes hacer algo (como esto) deberías hacerlo. No queda nada de democracia”, dijo en un colegio electoral una joven, que no dio su nombre y cuyo rostro fue borrado por el equipo de Navalny.

Otra joven en otro colegio electoral, cuya identidad había sido ocultada del mismo modo, dijo que había votado al “menos dudoso” de los tres candidatos que se enfrentaban a Putin.

Un estudiante que votaba en Moscú dijo al canal de Navalny que la gente que, como él, no estaba de acuerdo con el sistema actual tenía que seguir viviendo su vida a pesar de todo. “La historia ha demostrado que los cambios se producen en los momentos más inesperados”, afirmó.

A pesar de los manifestantes -que representan una pequeña fracción de los 114 millones de votantes rusos-, Putin se dispone a afianzar su control del poder en unas elecciones que, con toda seguridad, le otorgarán una victoria aplastante.

PROTESTAS

El Kremlin tacha a los aliados políticos de Navalny -la mayoría de los cuales residen fuera de Rusia- de extremistas que pretenden desestabilizar el país en nombre de Occidente. Afirma que Putin goza de un apoyo abrumador entre los rusos de a pie, y señala que las encuestas de opinión sitúan su índice de aprobación por encima del 80%.

La vasta masa continental rusa se extiende a lo largo de 11 husos horarios, por lo que los votantes se dispersaron en lugar de concentrarse en una sola masa, haciendo difícil calcular cuántas personas acudieron a la protesta.

El tamaño de las filas en cada colegio electoral mostradas en el canal de YouTube de Navalny oscilaba entre unas docenas de personas y lo que parecían varios cientos de personas.

Periodistas de Reuters vieron un ligero aumento del flujo de votantes, sobre todo jóvenes, al mediodía en algunos colegios electorales de Moscú y Ekaterimburgo, con colas de varios cientos de personas, y en algunos lugares incluso de miles.

Algunos dijeron que estaban protestando, aunque había pocos signos que los distinguieran del resto de los votantes.

Leonid Volkov, un exiliado colaborador de Navalny que fue atacado con un martillo la semana pasada en Vilna, estimó que cientos de miles de personas habían acudido a los colegios electorales de Moscú, San Petersburgo, Ekaterimburgo y otras ciudades. Reuters no pudo verificar de forma independiente esa estimación.

En los colegios electorales de las misiones diplomáticas rusas en Australia, Japón, Armenia, Kazajistán, Alemania y Gran Bretaña, cientos de rusos hacían cola al mediodía.

En Berlín, Yulia, la viuda de Navalny, se presentó en la embajada rusa para participar en el acto de protesta junto a Kira Yarmysh, portavoz del fallecido líder opositor. Otros rusos presentes aplaudieron y corearon su nombre.

En Londres, miles de personas hicieron cola casi en silencio para votar en la embajada rusa.

“No se nos ha escuchado en los últimos 30 años. Nadie nos ha escuchado. Nos mudamos, emigramos, e incluso aquí, lejos de Rusia, sentimos las consecuencias de que no se nos escuche”, dijo Natalia Cherednikova. “Hemos estado aquí sólo por nosotros mismos. Hemos votado. Nos hemos presentado”.

De Reuters.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí