Con base en los datos de mortalidad por covid-19, investigadores calculan que 1.5 millones de menores de edad aproximadamente quedaron en la orfandad al perder al menos a uno de sus cuidadores en lo que va de la pandemia.
Según el reporte publicado por la revista científica Lancet, la orfandad ha sido una consecuencia grave y urgente, pero que se ha pasado por alto de la pandemia y enfatiza que brindar apoyo psicosocial y económico basado en evidencia a los niños que han perdido a un cuidador debe ser una parte clave de la respuesta a la pandemia.
Las experiencias traumáticas, como la pérdida de un padre o cuidador, dice el reporte, están asociadas con aumentos en el uso de sustancias, problemas de salud mental y otras afecciones conductuales y de salud crónica.
“Estudios como este juegan un papel crucial en esclarecer las consecuencias duraderas de la pandemia de covid-19 para las familias, la salud mental y el bienestar futuros de los niños en todo el mundo”, dijo Nora D. Volkow, directora del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos, institución que financió el estudio, y añadió que hay intervenciones basadas en evidencia que pueden prevenir algunas de las consecuencias adversas de estos traumas, como el uso de sustancias.
Los investigadores, adscritos a diversas universidades y centros de investigación de Reino Unido y Estados Unidos, hicieron el cálculo con base en datos de mortalidad por covid-19 y estadísticas nacionales de fertilidad para 21 países de diversas regiones del mundo, entre los cuales está México, e hicieron una extrapolación para producir estimaciones globales.
Con información de Proceso.