Miles de personas protestaron el sábado en París y otras ciudades francesas contra el requisito de una tarjeta sanitaria obligatoria para entrar en una serie de lugares públicos, que fue introducida por el gobierno en su lucha contra una cuarta ola de infecciones.
Los manifestantes hirieron a tres policías en París, según un portavoz de la institución.
Ha sido el tercer fin de semana consecutivo en el que las personas que se oponen a las nuevas medidas contra el COVID-19 del presidente Emmanuel Macron han salido a la calle, una inusual muestra de determinación en una época del año en la que mucha gente está centrada en tomarse las vacaciones de verano.
“Estamos creando una sociedad segregada y me parece increíble que se haga esto en el país de los derechos humanos”, dijo Anne, una profesora que se manifestaba en París y que no quiso dar su apellido.
“Así que salí a la calle; nunca antes había protestado en mi vida. Creo que nuestra libertad está en peligro”, añadió.
A los visitantes de museos, cines o piscinas ya se les deniega la entrada si no pueden presentar la tarjeta sanitaria, que demuestra que se han vacunado contra el COVID-19 o que han dado negativo en una prueba reciente.
La Asamblea Nacional aprobó esta semana una nueva ley que hará obligatoria la vacunación para el personal sanitario y ampliará la exigencia de la tarjeta sanitaria a bares, restaurantes, ferias, trenes y hospitales.
La policía calculó que unas 13.500 personas se manifestaron en las calles de París, dijo otro portavoz policial.
En la capital se desplegaron unos 3.000 agentes de policía, y los antidisturbios se esforzaron por mantener a los manifestantes en las rutas autorizadas.
Los manifestantes también salieron en otras ciudades como Marsella, Lyon, Montpelier, Nantes y Toulouse, al grito de “¡Libertad!” y “¡No al pase sanitario!”.
Con información de Reuters.