Alrededor de 3,2 millones de niños podrían padecer desnutrición aguda en Afganistán para fines de este año, tras la llegada del régimen Talibán nuevamente al poder.
En estas condiciones, 1 millón de ellos corre el riesgo de morir, dijo el viernes una portavoz de la Organización Mundial de la Salud.
“Es una batalla cuesta arriba mientras el hambre se apodera del país”, dijo Margaret Harris a los periodistas con sede en Ginebra por teléfono desde Kabul, la capital afgana.
Tras la retirada de los soldados que mantenían estabilidad en el país, Afganistán fue nuevamente controlado por el régimen talibán desde agosto de este año.
“El mundo no debe ni puede darse el lujo de darle la espalda a Afganistán”.