La llegada de miles de centroamericanos a la frontera norte de México para luego solicitar asilo político en Estados Unidos se debe en muchos casos a la violencia que generan las pandillas Mara Salvatrucha y Barrio 18, las cuales mantienen el control de las calles a base de crímenes, extorsión y amenazas.
José Luis Pérez Canchola, encargado de la Dirección Municipal de Atención al Migrante, expresó ante miembros del Grupo Madrugadores Tijuana que las condiciones de los desplazados que arriban huyendo de la violencia es cada vez más crítica.
“Si matan a un mara esa misma noche se meten a las casas para llevarse a uno de los hijos y reponer la perdida, si matan a dos o tres maras en una semana igual se meten a las casas, los balean. No hay protección”, apuntó.
En décadas pasadas la migración de hondureños, guatemaltecos, salvadoreños, nicaragüenses, entre otros, solía ser para encontrar mejor calidad de vida en la unión americana, un motivo que ha sido sustituido por sobrevivir, por no morir a manos de las pandillas.
“No es una migración laboral, es una migración humanitaria, salvando la vida, escapando de amenazas, del secuestro”, afirmó Pérez Canchola.
Pero así como las personas y familias centroamericanas desplazadas son violentadas en sus países, también lo son cuando cruzan por el territorio mexicano, siendo víctimas de policías federales, estatales y otras autoridades, algo que urge modificar, refirió el director de Atención al Migrante Municipal.
“Necesitamos instituciones más fuertes, más oportunas, con más sensibilidad. Una política más sensible, más solidaria”, consideró.
También habló del factor social y la poca empatía de algunos ciudadanos hacia los desplazados que arriban a Tijuana, siendo este otro punto necesario de cambiar.
“La sociedad nos hemos hecho insensibles. Nos acostumbramos a desaparecidos, muertos, feminicidios y todo eso tiene una fuerte relación con migración y esta ciudad va seguir siendo una ciudad de tránsito”, dijo.
“Tijuana necesita y merece una sociedad más comprometida, sacar fuerzas de lo más profundo de nosotros mismos y decir: nuestra ciudad merece mejores autoridades, más sensibles, comprometidas, organizadas y que la política se convierta en política de servicio”, subrayó.
Los actos violentos de las pandillas Mara Salvatrucha y Barrio 18 se han expandido en casi todo Centroamérica, por lo que todo indica que la migración forzada seguirá presente, concluyó Pérez Canchola.