MADRID, 18 sep (Reuters) – Los residentes de los distritos más pobres de Madrid declararon el viernes que se sentían abandonados y estigmatizados, mientras los políticos se planteaban si ponerlos bajo encierro ante su mayor tasa de infecciones por COVID-19.
La brecha entre las áreas más pobres y ricas está en el centro de un tenso debate en España sobre cómo frenar el aumento de nuevos casos de coronavirus.
Un alto cargo de la región de Madrid dijo el miércoles que las autoridades contemplaban confinamientos selectivos para las zonas más afectadas, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, afirmó que “el modo de vida de los inmigrantes” fue en parte responsable del aumento de casos.
“Han creado algo como un estigma”, dijo Nathaniel Eliot, un profesor de inglés de Boston que lleva 15 años viviendo en el Puente de Vallecas, refiriéndose a los comentarios de los políticos.
Vallecas, un distrito del sur con una renta media más baja y una mayor población inmigrante, registra una de las tasas de infección más altas de Madrid. Es casi seis veces más alta que en Chamberi, uno de los distritos más ricos del norte.
Las autoridades regionales han dicho que anunciarán su decisión más tarde el viernes. No estaba claro si Vallecas, o las zonas cercanas, serían confinadas, pero los residentes se sentían amenazados.
La seguridad social “también está muy paralizada, nos tienen ahí fuera en la calle esperando, aglomerados, filas en todos los sitios”, acusó la jubilada Mari Paz González. “Nos tienen dejados de la mano de Dios”.
“Cruzas eso, ese puente, y ya cambia el barrio”, dijo la jubilada Carmen Ibarra, mientras caminaba por Vallecas.
Juan Antonio, un jubilado que vive en las afueras de Vallecas pero que va allí diariamente para ayudar a su madre de 93 años que vive allí, fue más claro, diciendo que los planes de confinamiento eran “una patochada”.
España tiene el mayor número de casos en Europa Occidental, con más de 625.000, mientras que más de 30.000 personas han muerto. La capital, Madrid, está particularmente afectada, y la brecha social es también un tema político candente en Barcelona, la segunda ciudad más grande del país.