Si el Senado de Estados Unidos lo aprueba, Florida se unirá a los estados de Arizona y Texas en materia de leyes que endurecen las medidas antiinmigrantes.
De acuerdo con El Tiempo, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, promovió la iniciativa sobre migración con el argumento de que no quiere ver convertido al estado en un santuario para personas indocumentadas.
Las medidas contemplan penas de hasta 5 años de cárcel para quien transporte, albergue o dé trabajo a un “ilegal”. Incluye cárcel para una persona nacida en Estados Unidos que esté transportando a su padre o pariente que sea indocumentado o a un abogado que transporte a su cliente a una corte migratoria.
Exigirá a los hospitales averiguar el estatus migratorio de sus pacientes y compartir la información con las autoridades.
Además, invalidará las licencias para conducir otorgadas por otros estados a “ilegales” y se impedirá el ingreso de personas sin estatus legal al colegio de abogados de Florida.
La justificación del gobernador es el alto costo que representan los inmigrantes para la entidad, quien termina subsidiando gastos educativos y en salud “para personas que violaron las leyes” y “estrechan el mercado laboral”.
Asimismo, promueve otra legislación para impedir a inmigrantes —entre ellos los llamados dreamers— que accedan a las tarifas reducidas que ofrecen las universidades a los residentes del estado.
Las prerrogativas son legales en Florida desde hace 10 años, después de que el gobernador republicano Rick Scott, actual senador, las autorizó.
De Apro.