Bajo la vigilancia de agentes antiterroristas y policías con equipos de protección, cientos de personas se reunieron el viernes frente a la Biblioteca Pública de Nueva York para mostrar su apoyo a Salman Rushdie, el autor que fue apuñalado varias veces en un acto literario hace una semana.
El novelista irlandés Colum McCann, el escritor británico Hari Kunzru y otros leyeron pasajes de las obras de Rushdie desde lo alto de la escalinata de la emblemática sede de la biblioteca en la Quinta Avenida de Manhattan.
Abajo, a una distancia impuesta por los organizadores, una multitud de unas 400 personas se reunió para escuchar, y al finalizar el acto corearon “estamos con Salman”.
Algunos sostenían carteles con la imagen de Rushdie y con su cita: “Si no estamos seguros de nuestra libertad, entonces no somos libres”.
La policía dice que Rushdie fue atacado por un hombre de 24 años de Nueva Jersey que se abalanzó sobre el escenario y apuñaló al escritor en el cuello y el torso en un festival literario en el oeste de Nueva York la semana pasada.
No hubo controles de bolsos ni detectores de metales para armas antes de la aparición de Rushdie, que llevaba 33 años amenazado de muerte.
El sospechoso se ha declarado inocente de los cargos de intento de asesinato en segundo grado y de agresión.
“Espero que esto sea una llamada de atención sobre el hecho de que personas como Salman, que no tienen miedo, que escriben las cosas como las ven, que no tienen miedo de decir la verdad tal y como la ven, están realmente en peligro”, dijo la directora ejecutiva de PEN América, Suzanne Nossel.
Esta organización sin ánimo de lucro dedicada a la libertad de expresión y los derechos humanos colaboró en la organización del acto. Los asistentes hablaron de su preocupación por ellos mismos y por otros escritores tras el ataque.
“Todos estamos en peligro. Y algunos de nosotros estamos más abiertamente en peligro que el resto”, dijo en una entrevista la escritora iraní-estadounidense Roya Hakakian.
La escritora chicana queer Myriam Gurba enfrentó amenazas después de criticar a la autora Jeanine Cummins en 2020 por apropiación cultural al escribir la novela “American Dirt”, que se centraba en una mujer mexicana que escapaba de un cártel de la droga para construir una nueva vida en Estados Unidos como inmigrante indocumentada.
“La primera amenaza de muerte que recibí decía que la policía debería ejecutarme por mi estupidez”, dijo Gurba.
En la Biblioteca Pública de Nueva York, en tanto, algunos escritores dijeron que no temían reunirse en público.
Con información de Reuters.