27 nov (Reuters) – Una corte federal de apelaciones rechazó el viernes una solicitud de la campaña del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para impedir que el mandatario electo Joe Biden sea declarado ganador del estado de Pensilvania, lo que representa otro revés significativo para el intento de Trump de anular los resultados de la elección del 3 de noviembre.
“Las elecciones libres y justas son el elemento vital de nuestra democracia. Las acusaciones de que son injustas son graves. Pero calificar una elección como injusta no significa que lo sea”, escribió Stephanos Bibas en nombre de un panel de tres jueces.
“Los cargos requieren acusaciones específicas y luego pruebas. No tenemos ninguna de las dos aquí”, agregó.
“Vamos a SCOTUS!”, escribió en Twitter después de la decisión Jenna Ellis, una abogada de la campaña de Trump, en referencia a una planeada apelación ante la Corte Suprema. “La maquinaria judicial activista en Pensilvania sigue encubriendo las acusaciones de fraude masivo”.
Pensilvania certificó a Biden, que ganó el voto popular del estado, como su ganador esta semana. Según la ley del estado, el candidato que gana el voto popular obtiene los 20 votos electorales del territorio.
Trump, un republicano, se ha negado a conceder la victoria a su rival demócrata y sigue alegando, sin pruebas, un fraude electoral generalizado.
Pero a medida que sus desafíos legales no rinden frutos, Trump afirmó el jueves que abandonará la Casa Blanca si el Colegio Electoral vota por Biden, lo más cerca que ha estado de aceptar su derrota.
El lunes, el gobierno de Trump despejó el camino a Biden para la transición a la Casa Blanca, dándole acceso a reuniones informativas y financiamiento incluso cuando el propio mandatario prometió continuar luchando contra los resultados de las elecciones.
Poco después del fallo del viernes, Trump publicó un video de Newsmax en Twitter sobre un presunto fraude electoral en Nevada.
La campaña de Trump presentó su desafío legal en Pensilvania a inicios de este mes, diciendo que los funcionarios electorales del condado habían tratado las papeletas por correo de manera inconsistente y pidiendo al juez de distrito de Estados Unidos Matthew Brann que detuviera la certificación de los resultados.