Qué complicado es ser periodista en México. Qué difícil es reportear en este país donde la inseguridad carcome familias, acaba sueños.
Margarito Martínez, el 4-4, era testigo de ello al ser corresponsal de la nota policiaca en Tijuana.
Su cámara y sus lentes, el celular que portaba, el conocimiento y experiencia que había adquirido a lo largo de los años eran las herramientas de trabajo que utilizaba para informar.
Le tocaba andar todo el día en las calles, muchas veces de noche, en la madrugada.
En una ciudad donde el porcentaje de crímenes es de aproximadamente cinco diarios, no había mucho tiempo para descansar.
Quisiera que esto que platico no fuera en tiempo pasado, que estas palabras nunca tuvieran que ser escritas.
Duele tu partida, colega.
Las lágrimas, el coraje, la impotencia, llenan las mentes y cuerpos de tu familia, de aquellos que nos tocó trabajar contigo.
Estamos de luto en el gremio periodístico de Tijuana, porque nos arrebataron a un compañero que no volverá a casa, a las coberturas.
Vemos tus fotos, siempre sonriendo, cargando tu equipo, y solo queda un sentimiento de nostalgia y consternación.
La muerte del 4-4 cala en los más profundo.
No hay sintaxis que pueda tener coherencia ante un hecho como este, y cómo podría haberla si cada tecla presionada lastima.
La razón se anuló desde el momento que supimos de tu asesinato.
Pienso en tu familia, en todas las personas que lo querían, y el nudo en la garganta, en el alma, se enreda más.
No hay homenaje que te devuelva acá con nosotros. Pero aquí te recordamos con mucho cariño, con respeto.
Deseo que estés bien Margarito, que en el lugar que te encuentres hayas encontrado la paz.
Pido también por tu familia, por tus seres queridos, por tus amigos que te van a extrañar en demasía.
Repito, lamentó mucho tu adiós, que se te haya coartado la vida el pasado lunes 17 de enero afuera de tu domicilio.
Es triste ver cómo en este país no hay seguridad para nadie, mucho menos para los que se dedican a informar.
Todos los que convivimos contigo estamos de luto, dolidos.
Te pido una disculpa si mis palabras no son suficientes, pero la tristeza no da para más, solo para pensarte, para dedicarte este limitado texto, que es para ti compañero.
Desde este pequeño espacio, 4-4, te abrazo con dolor.
