Más de 3.600 niños migrantes se encontraban en instalaciones fronterizas de Estados Unidos hasta el jueves por la mañana, dijo un funcionario estadounidense a Reuters, más de cuatro veces la cifra de fines de febrero, una señal de una creciente crisis humanitaria y política para el gobierno del presidente Joe Biden.

La cantidad de niños no acompañados, mayormente centroamericanos, que llegan a la frontera entre Estados Unidos y México ha aumentado rápidamente en las últimas semanas, con más menores atrapados en estaciones de la patrulla fronteriza mientras esperan ser trasladados a refugios federales cada vez más concurridos y, eventualmente, ser entregados a sus padres u otros patrocinadores.

Las estaciones fronterizas fueron construidas para albergar a hombres adultos por períodos cortos y podrían representar un riesgo por el COVID-19 para los niños y el personal si se mantienen sobrepoblados.

La semana pasada, funcionarios de salud estadounidenses levantaron las restricciones de capacidad relacionadas con el coronavirus en los refugios para menores no acompañados para aliviar la presión, pero las camas se han estado ocupando rápidamente.

Biden, un demócrata que asumió el cargo hace siete semanas, se comprometió a deshacer muchas de las políticas restrictivas del expresidente republicano Donald Trump. En febrero comenzó a permitir que los menores no acompañados que llegaban a la frontera ingresaran al país. Anteriormente habrían sido enviados de vuelta a México o deportados rápidamente bajo una orden de la era Trump conocida como Título 42.

Los republicanos han atacado a Biden por deshacer las políticas de línea dura de Trump, diciendo que su administración ha alentado la inmigración ilegal. Al mismo tiempo, los demócratas han criticado a Biden por mantener algunas políticas de Trump y por reabrir un refugio de emergencia en Texas que se utilizó durante el gobierno anterior.

Los ingresos se asemejan a oleadas previas de menores no acompañados y familias en 2014 y 2019, según funcionarios y expertos. Los más de 3.600 niños que se encuentran bajo la custodia de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) aumentaron desde los 800 que se mantenían el 22 de febrero.

El gobierno de Biden ha estado hablando con las naciones de Centroamérica sobre mantener a los migrantes y trata de realizar entrevistas con solicitantes de asilo en sus propios países, dijo el jueves a periodistas en el Capitolio la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, una demócrata.

La administración Biden anunció el miércoles que reiniciaría un programa terminado por Trump que permitirá a ciertos niños centroamericanos con padres que viven legalmente en Estados Unidos solicitar el estatus de refugiado desde sus países de origen.

Alrededor de una docena de republicanos encabezados por el líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, viajarán a la frontera entre Estados Unidos y México en Texas el lunes para abordar lo que dicen que es una grave crisis.

Con información de Reuters.

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