Fueron las propias personas de la Caravana Migrante del 2018 las que crearon el comedor Contra Viento y Marea con la idea de brindar alimento a los que vienen de fuera en busca de una mejor vida.

El lugar que inició en una bodega cerca de la Unidad Deportiva Benito Juárez, hoy se ubica en la Calle Primera de la Zona Norte, celebrando tres años de acercar un plato de comida no solo a migrantes, también a personas sin hogar.

Devi Machete, encargada del espacio, platicó el trabajo que realiza junto a seis voluntarios de base y otras personas que aportan su tiempo y ayuda.

FOTO: Crisstian Villicaña / Glocal MediaFOTO: Crisstian Villicaña / Glocal Media

“Nosotros damos comida de lunes a viernes. Estamos dando 200 platos por turno, una vez al día. Servimos el lunes y el miércoles afuera de la clínica médica gratuita del grupo Refugee Health Alliance, los otros días aquí en el comedor, ahorita estamos dando todo para llevar por la contingencia del Covid-19″, explicó.

Platillos con arroz, pure o el guisado que se haya cocinado en el día, acompañados de tortillas, los cuales son tomados por el que necesite, por el que tenga hambre, es la imagen que se continúa observando en Contra Viento y Marea.

Hombres, mujeres, jóvenes, incluso menores de edad, son los que se ven beneficiados por el esfuerzo que realizan día con día en el comedor.

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“Son refugiados de todo el mundo que viven en Tijuana por su situación migratoria. Tenemos personas en situación de calle, personas que fueron deportadas de los Estados Unidos y están viviendo aquí ahora y que necesitan ayuda, igual apoyamos a la gente que vive en estas vecindades, madres solteras con niños de todas las edades, personas con discapacidades mentales y físicas y a la comunidad LGBT local”, manifestó Devi Machete.

“También ofrecemos otro tipo de servicios y ayuda. Nos consideramos un centro de recursos de ayuda mutua, brindamos productos esenciales como kits de higiene, ropa y zapatos para todos los géneros y también brindamos un medicamento para revertir el efecto del opio, se llama Narcan y lo damos todo gratis”, agregó.

Alianzas con asociaciones civiles de ambos lados de la frontera, las cuales apoyan con donaciones de ropa y comida, permiten que el comedor se mantenga vivo sin apoyos económicos gubernamentales o subsidio de servicios como el agua o luz eléctrica.

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En ese sentido, Machete reconoció la relevancia de que hayas agrupaciones y ciudadanía que toma conciencia y aporta ayuda para que los más desprotegidos puedan tener la oportunidad de por lo menos llevar algo de alimento a sus bocas.

“Le queremos dar las gracias a la comunidad que nos ha apoyado todo este tiempo, de la Zona Norte, de la Zona Centro. Estamos muy agradecidos con gente que nos apoya diario con donaciones, ya que es muy necesario para que nosotros podamos darle el apoyo a la gente que más lo necesita”, refirió.

“También darles las gracias a los voluntarios de Contra Viento y Marea porque todos somos un grupo fuerte, unido, que nos comprometemos con la causa de pelear contra el hambre y la pobreza en Tijuana, queremos ver que la comunidad se levante y lo podemos hacer porque el pueblo ayuda al pueblo”, concluyó.

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