El gobierno estadounidense de Joe Biden notificó al mexicano sobre su intención de reiniciar su controversial programa “Quédate en México”; a cambio, la Cancillería y el Instituto Nacional de Migración (INM) pidieron “recursos adicionales” a Washington para albergar a los solicitantes de asilo extranjeros devueltos a México.
Las dependencias del gobierno de Andrés Manuel López Obrador también pidieron a sus contrapartes de Estados Unidos que vacunen a los solicitantes de asilo contra el covid-19, y que respeten “los puntos de retorno designados, tomando en consideración tanto las capacidades del INM para brindar la adecuada atención a las personas migrantes, como las condiciones de seguridad a nivel local”.
Bajo el programa “Quédate en México” –o Protocolos de Protección a Migrantes– implementado durante la administración de Donald Trump, que organizaciones de la sociedad civil han denunciado como “inhumano”, las autoridades de Estados Unidos expulsaron a México a más de 70 mil solicitantes de asilo extranjeros para que esperen de este lado de la frontera a que un juez de migración determine su suerte.
Organizaciones y defensores de derechos humanos han documentado que las devoluciones sistemáticas provocaron un colapso de las capacidades de alojamiento en las regiones fronterizas de México, donde miles de personas se amontonaron en campos de fortuna, a merced de las organizaciones criminales que operan ahí.
En un boletín, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) planteó que “México considera fundamental contar con recursos adicionales por parte de los Estados Unidos, destinados para albergues y organizaciones internacionales a fin de mejorar las condiciones para las personas migrantes y solicitantes de asilo de manera substantiva”, y señaló que “espera la respuesta formal” de Washington.
La Cancillería también enfatizó la necesidad que el gobierno de Estados Unidos “atienda puntualmente estas medidas de carácter humanitario”.
Con información de Proceso.
