En muchas de las calles de la ciudad el abuso por parte de elementos de la policía Municipal es una constante.
La cantidad de quejas en contra de los uniformados así lo confirma.
Son 315 casos reportados durante la gestión de Montserrat Caballero, según detalló el secretario particular de la Sindicatura Procuradora, Armando Sandoval Cortes.
Calculando la cifra, se puede decir que se han presentado en estos siete meses una queja y media diario, tres cada dos días, 45 por mes.
Robo, uso excesivo de la fuerza, lesiones y extorsión, son los principales motivos que aparecen en los reportes.
Un cuerpo de personas profesionales, que acudieron a una academia de policía, donde recibieron cursos sobre cómo manejarse de servidor público, servir, proteger, parecen no ser suficientes para algunos elementos que aprovechan la autoridad que les da una placa y una patrulla para cometer delitos en contra de los que en teoría deberían de cuidar, la ciudadanía.
Es bien sabido en las colonias de Tijuana que la presencia de los uniformados no siempre es sinónimo de seguridad, por el contrario, se puede ser víctima de ellos.
La agresión de los agentes municipales a Jorge Luis Cabrera, quien falleció después de ser golpeado por policías de Tijuana se une a otros casos donde el uso desmedido de la fuerza provoca decesos.
En marzo del 2020, un hombre perdió la vida tras ser asfixiado por un uniformado, esto en una gasolinera Chevron ubicada en el bulevar Rosas Magallón, en el Libramiento Sur.
Si bien es cierto que hay una cantidad de policías comprometidos con la ciudadanía y su labor, también parece existir un grupo de elementos que hacen mal su trabajo, que amedrentan, golpean, roban.
Por el momento, la alcaldesa de la ciudad, Montserrat Caballero, y el síndico procurador, Rafael Leyva Pérez, ya hablaron con los familiares de Jorge Luis e iniciaron una carpeta de investigación que dará resultados en los próximos 14 días.
La decisión que tomen las autoridades puede servir de ejemplo para detener la violencia policial a la ciudadanía, de lo contrario, la vida de Jorge Luis Cabrera será una más que quedará impune, una vida que ya no regresará.
