WASHINGTON, 26 sep (Reuters) – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, nominó el sábado a Amy Coney Barrett para la Corte Suprema y ella se comprometió a seguir el ejemplo del fallecido juez conservador Antonin Scalia, en un nuevo hito en el escoramiento hacia la derecha del principal tribunal estadounidense por parte del mandatario.
El anuncio de Trump, realizado durante una ceremonia en un embanderado Rose Garden de la Casa Blanca -con Barrett, de 48 años, a su lado y sus siete hijos cerca-, dará inicio a un intento de los senadores republicanos por confirmarla antes de la elección que se celebrará dentro de cinco semanas y media, tal y como ha pedido el presidente.
Si es ratificada por el Senado para reemplazar a la liberal Ruth Bader Ginsburg, quien murió la semana pasada a los 87 años, Barrett se convertirá en la quinta mujer en ocupar un asiento en la Suprema y extendería su mayoría conservadora a 6-3.
Al igual que los dos nombramientos previos de Trump -Neil Gorsuch en 2017 y Brett Kavanaugh en 2018- Barrett es lo suficientemente joven como para durar varias décadas en el cargo, dejando una duradera impronta conservadora. Barrett es la nominada más joven para la Suprema desde el conservador Clarence Thomas, que llegó a la corte en 1991 con 43 años.
Scalia, que falleció en 2016, fue uno de los jueces conservadores más influyentes de la historia reciente. Barrett trabajó con él en el alto tribunal y le describió como su mentor, citando su “incalculable influencia” en su vida.
“Su filosofía judicial también es la mía: un juez debe aplicar la ley tal como está escrita. Los jueces no son responsables de formular políticas”, afirmó Barrett.
En el tribunal, Scalia votó en favor de reducir los derechos al aborto, disintió cuando la corte legalizó el matrimonio gay -lo llamó un “golpe judicial”- y respaldó amplios derechos sobre las armas, entre otras posiciones.
La mayoría republicana de 53-47 en el Senado parece dar por segura la confirmación, aunque los demócratas podrían intentar hacer el proceso lo más engorroso posible.
Barrett, una devota católica que se graduó y enseñó en la Universidad de Notre Dame en Indiana, fue nombrada por Trump en 2017 para la Corte de Apelaciones del Séptimo Circuito de Chicago y es muy apreciada por los conservadores religiosos, un bloque de votantes clave para el mandatario.
“Hoy tengo el honor de nominar a la Corte Suprema a una de las mentes legales más brillantes y talentosas de nuestra nación”, dijo Trump.
El presidente destacó que será la primera madre con niños en edad escolar que llega a la Suprema. Junto a su esposo abogado, entre los presentes estaban sus hijos, dos de los cuales fueron adoptados en Haití.
Barrett también elogió a Ginsburg, a la que calificó como “una mujer de enorme talento y trascendencia”, al tiempo que mencionó la larga amistad de la fallecida magistrada con Scalia.