Mientras los equipos de rescate buscaban en un terreno montañoso a las víctimas del accidente aéreo del lunes en el sur de China, un hombre apellidado Zhang, cuyo sobrino se encontraba entre las 132 personas que iban a bordo del Boeing 737-800, dijo que su mayor esperanza, la de encontrarlo con vida, era irreal.
Zhang, un jubilado de unos 60 años que pidió que no se utilizara su nombre completo, había conducido con su hijo el martes desde la ciudad sureña de Shenzhen.
“Espero que el país pueda investigar a fondo este asunto y averiguar si es culpa del fabricante o un problema de mantenimiento”, dijo a Reuters el miércoles.
“He venido con mi hijo y pensaba quedarme hasta que se solucione el asunto y llevar sus cenizas de vuelta. Pero esto depende del trabajo del Gobierno”, dijo.
En parejas o en pequeños grupos, decenas de familiares se congregaron el miércoles en el puesto de control fuertemente protegido que conduce al lugar en el condado de Teng, en la región de Guangxi, en el sur de China. Algunos llegaron en convoyes del Gobierno, acompañados por funcionarios.
El sobrino de Zhang, de unos 40 años y apellidado Sun, vivía en la ciudad oriental de Nanjing con su esposa y sus dos hijos. Trabajaba en la conservación del agua y estaba de viaje de negocios cuando el avión de China Eastern se estrelló mientras se dirigía desde Kunming, en el suroeste, a la metrópolis costera de Cantón.
La mayor parte del avión parece haberse desintegrado tras el impacto y no se han encontrado supervivientes.
“Para empezar, (…) me sentí conmocionado por la noticia”, recordó Zhang durante una pausa en la fuerte lluvia que interrumpió las labores de búsqueda, hablando lentamente y conteniendo las lágrimas.
Mientras hablaba con los periodistas, Zhang intentó darles los almuerzos ofrecidos por los funcionarios, diciendo que parecían hambrientos.
“Una media hora más tarde, me enteré de que alguien de mi familia estaba en este avión, puede imaginar cómo nos sentimos”, dijo.
“Un desastre tan grande, todo el país se siente dolido”, dijo al conocer la noticia del accidente del lunes por la tarde, el primer accidente aéreo mortal en China en más de una década.
Otro familiar que se encontraba en el lugar, un hombre de 57 años apellidado Ding —cuyo hermano tenía una cuñada que viajaba viajaba en el avión— no había perdido la esperanza.
“Lo único que quiero es la esperanza, la esperanza de la supervivencia”, dijo.
Con información de Reuters.